jueves, 7 de noviembre de 2013

Sonetos de Shakespeare traducidos por mí.

XX
Un rostro de mujer trazado por la propia mano natura
Tienes tú, dueño dueña de mi pasión
el gentil corazón de una mujer, mas no conocido
por deambulante cambio, así como es costumbre de mujeres falsas.
Ojos más brillantes que los suyos, menos falsos en veleidad
Cubre de oro el objeto al que contempla;
Hombre en apariencia, toda apariencia que bajo su control
roba los ojos de los hombres y maravilla el alma de las mujeres.
Y como mujer fuiste tú primero creado,
hasta que la naturaleza, mientras te forjaba, cayó prendada
y con lo que sumó me privó de ti,
al añadir una cosa para ningún proposito mío.

Pero desde que ella te dotó para el placer femenino
Mío es tu amor y el uso de tu amor, su tesoro.

CXVI

No sea yo el que a la unión de espíritus leales
admita impedimento. No es amor el amor
que altera cuando encuentra alteración,
O cede con el que cambia para cambiar.

¡Ah, no! Es una señal siempre fija
visible en las tempestades y nunca perturbada;
Es la estrella para todo barco errante,
Cuyo valor es desconocido, aunque su altura es mensurable.

El amor no es esclavo del tiempo, aunque sus mejillas y rosáceos labios
Caen dentro de la curva brújula de su guadaña;
El amor no se altera con sus breves horas y semanas,
Sino que resiste incluso el abismo de la muerte.

Si esto un error fuese, y se me probara
Yo nunca escribí, ni jamás hombre alguno amó.







sábado, 26 de octubre de 2013

La torre del arlequín I



No hacía mucho tiempo que mi padre había muerto cuando tuve que quedarme sola con mi madre. Pasaba los días encerrada en la humilde casa de roca caliza mientras mi madre trabajaba para pagar una hogaza de pan y quizá algo de carne, si había suerte, que llevarnos a la boca. Teníamos unos estorninos pinto sobre el ventanal del patio, los cuales estaban adornados con algunas flores amarillas que se regaban con la abundante lluvia tan habitual en aquella parte de la isla. Vivíamos en una pequeña villa costera, a tres o cuatro leguas de la ciudad mercantil del estado. Hacía algo de tiempo que había dejado la enseñanza en pos de guardar la casa, pues mi madre aún sentía viva la tragedia acometida por mi padre y por ello me guardaba en casa como el último tesoro que le quedaba sobre la tierra. Como mi querida progenitora llegaba tarde de su trabajo, solía distraerme jugando en los riachuelos de la colina o repiqueteando las piedras en el agua de los molinos que tenían algunas casas para moler el trigo. Agudicé mis conocimientos gracias a un viejo ermitaño que acumulaba por cientos de miles los libros en su casa y muchas veces, me intercambiaba uno por el simple regalo de mi compañía. En aquél momento del año, las noches se hacían muy oscuras y como la neblina se hacía densa como las entradas del mismísimo infierno, corría yo a casa antes de que apagasen los candiles que prendían en los caminos y aguardaba inquieta la llegada de mi madre. Una tarde grisácea salíamos las dos rumbo hacia la ciudad en busca de provisiones para la semana. Algo de comida y mantas que pudieran asegurarnos un mejor paso del solsticio invernal. En un despiste tonto e inocente, cuando creía que mi madre no miraba, me distraje paseando la mirada por las gacetas de los kioskos y encontré en uno de ellos, cuyo nombre era exquisitamente incierto, la breve noticia de la llegada de un conocido pillastre, embustero y algo estafador cazador de fortunas. Quizá era una simple rata de la Guardia Libertaria pero aún así, su rostro dibujado me inculcó una misteriosa fascinación, tan impropia de mí, que agasajó mis más racionales sentidos.

Sorprendíme a mí misma semanas después buscando inexorablemente cualquier noticia, información o rastro que me llevara a saber de él. En cierto sentido, le tenía miedo. Había oído sobre su particular "caza de brujas" la cual le daba grandes ingresos y de sus "hazañas" en su itinerante marcha por la isla en busca de nuevas cabezas que mandar a la horca. Supongo que mi curiosidad por saber qué puede llevar a un ser humano a realizar tales actos me impedía ver lo que en realidad era el motivo de aquel cuativador pensamiento que rondaba mi cabeza: me atraía. Negaba a mí misma una y otra vez la posibilidad, pero en el fondo era innegable que me gustaba la leyenda que se había forjado y como sus ojos castaños, su barba oscura y su pelo salvaje habían tomado una parte de mi corazón al ver su rostro en aquella gaceta. Se había rumoreado que pasaría tiempo por la provincia y que algunas personas le habían visto deambulando por los caminos, a veces buscando un caballo con el que hacer su trayecto más corto.
Ya a mitad de semana, corrí en mi habitual rutina a visitar al ermitaño, que se hacía llamar Gary Robert aunque yo misma dudaba de que ese fuera su verdadero nombre. Fue él mismo quién me puso en contacto con el forajido, aquél que desde entonces comencé a llamar por su nombre: Adam Corbirock.





viernes, 18 de octubre de 2013

Verso a Verso conquistamos la noche.

                                                Amo; y no soy correspondida.
                                           No soy correspondida; y sigo amando.
                                                Descorcha en un llanto mi pena
                                           Que a mis ojos cubre como un manto.
                                                Es triste y desoladora la espera...
                                                   Incesante, yo sigo caminando
                                           Porque amor y soledad es condena
                                           Porque amor y soledad deriva en llanto
                                           Encontré tierra firme en mi destino
                                           Cuando iba a la deriva navegando
                                           Unas manos vacías a mí tendidas
                                           Y en cada faro de guía, yo esperando.



                                          Negros los ojos, negro el cabello
                                          Negra es la noche en el cementerio
                                          Blanca la luna, blanca la estrella
                                          Blanco la escarcha en el vestido de ella
                                          Dormitaba tendida sobre la tumba
                                          Y despejando sus manos de los guantes
                                           Esperaba, taciturna, a su amante
                                           Con tenaz esperanza que no derrumba
                                           En la neblina espesa de aquel paraje
                                           Encontraron un lugar que guardaba su sino
                                           Y buscaban sus labios, mutuos, anhelantes
                                           Como un ángel que teje su lino.
                                           Los Dioses del cielo dan testigo
                                           De cómo lo etéreo se hace palpable
                                           El viento descubre la escritura
                                           En la tumba aparece su nombre.



jueves, 19 de septiembre de 2013

Grandes mujeres de la historia: I:- Safo de Mitilene (ca.650/610 a.C. - 580 a.C.)


Nacida en la isla de Lesbos, hija de una familia oligárquica, Safo es una aclamada poetisa griega. Funda una escuela para mujeres llamada "Casa de las servidoras de las musas" donde se les enseñaba a recitar poesía, cantarla y realizar coronas de flores. Por los poemas compuestos por Safo, tuvo relaciones con alguna de sus discípulas, no como orgía, sino como relación personal. Lo trascendental de esto es que la homosexualidad estaba aceptada entre los griegos siempre que se tratara de dos hombres, puesto que la mujer era un ser imperfecto y era lógico que el hombre buscara esa perfección en otro hombre. El término lesbiana procede del nombre del lugar "Lesbos". Es descrita como una mujer femenina, natural y muy espiritual, siempre en contacto con lo terrenal y lo divino, especialmente con Afrodita. La leyenda cuenta que se suicidó lanzándose al mar cuando su amor por Faón, enamorado de Afrodita, no se vio correspondido. Otra versión de un poema afirma que Safo llega a la ancianidad sin poder amar debido al rechazo de una de sus alumnas. Ovidio la convirtió en el único personaje real de su obra "Heroínas" como protagonista de una carta de amor a Faón.

Igual parece a los eternos dioses
Quien logra verse frente a ti sentado:
¡Feliz si goza tu palabra suave,
Suave tu risa!
A mí en el pecho el corazón se oprime
Sólo en mirarte: ni la voz acierta
De mi garganta a prorrumpir; y rota
Calla la lengua
Fuego sutil dentro mi cuerpo todo
Presto discurre: los inciertos ojos
Vagan sin rumbo, los oídos hacen
Ronco zumbido.
Cúbrome toda de sudor helado:
Pálida quedo cual marchita hierba
Y ya sin fuerzas, sin aliento, inerte
Parezco muerta
(Tr:Marcelino Méndez Pelayo)

lunes, 2 de septiembre de 2013



5 de Marzo:
Son las doce y vuelven a comenzar los interrogatorios. No sé cuántas veces tendré que rechazar sus preguntas con evasivas y silencios secos. Ayer me trajeron el formulario. Lo dejaron sobre la mesa y sólo tuve que leer las preguntas de reojo para empujar aquella plaqueta lo más lejos que pude de mí. No sé mucho más y sobre todo, mucho menos de cuánto durará esto.

17 de Marzo:

Esta me han encontrado de rodillos junto a la mesa y con las palmas de la mano juntas. Si realmente me conocieran lo último que pesarían es que estoy rezando o pidiendo clemencia. Pero ni siquiera creo en Dios. Trato de buscar con todas mis fuerzas una salida o un atajo que desate mi entendimiento y me ayude a escapar de mi situación. Sin embargo, si Dios, Buda o Alá estuvieran en alguna parte, ¿por qué iban a escuchar mis gritos de desesperación? Probablemente se perderían entre el clamor silencioso que acude a una divinidad inexistente para que les ponga un plato de comida o algo de beber. No los juzgo, es más, llego a entenderlos. Yo también he buscado un refugio en mi imaginación que me libere momentáneamente de los problemas o, más ciertamente, me ayude a engañarme.

22 de Marzo:

El azar jugó una mano conmigo y dejó entrar algo de luz en mi calabozo. Entonces él vino a visitarme y descolgó sobre mí una de sus miradas lastimosas, justo esas que tanto odio y precisamente esas las que hacen que me tiemblen las piernas. Intenté pasarle una nota cuando nos dimos la mano. Arranqué la esquina de la hoja de uno de los tantos libros que me permiten tener conmigo y que, a día de hoy, son mi única compañía. Escribí "esto no tiene nada que ver contigo, mi lucha es conmigo. Mi lucha es con ellos." y en el fondo, espero que lo entendiera y más importante, aceptara. He intentado muchas veces dejarle notas de la misma manera y con el mismo método para dejarle saber cosas que no me atrevo a decirle personalmente. Pequeñas grandes cosas en las que él es completamente el director. Sin embargo, a decir verdad, no es el coraje lo que me falla sino la inequívoca certeza de que me tacharía de loca si decide leerlo. Y no estoy dispuesta a que me arrebaten mi cordura después de haberme arrebatado la libertad.

2 de Abril:

Ha habido disturbios en las celdas del sótano. Aún no sé que ha pasado y sin embargo me temo lo peor. El "viejo" ha comenzado a tocar la armónica mientras suelta su retahíla de citas célebres de todos los tiempos, de las filosóficas y las catastrofistas, el peor augurio de muerte. A través de su camisa se le notan los huesos desgastados y secos, la piel paliducha y tan fina que parece disuelta en agua. No puedo evitar pensar en si yo acabaré así de continuar aquí el resto de mis días. Tampoco lo sabré a ciencia cierta, llevo sin encontrar mi rostro en un espejo casi toda mi estancia aquí- Es tanta que ya hasta la memoria comienza a fallarme. Empiezo a dudar de mí.


miércoles, 7 de agosto de 2013

La inspiración siempre te pilla trabajando


Parece ser que hoy en día las musas griegas han cambiado la toga por un par de pantalones vaqueros. La inspiración es esa locura divina y ramera que se vende al mejor artista por un periodo limitado de tiempo. No sabía que era de la mía hasta ayer, cuando decidió golpearme en la frente en mi habitual rastreamiento de entretenimiento por la red. Sin embargo, mi pequeña creatividad decidió adaptarse a una caprichosa rutina que sigue a placer, porque ella no se casa con nada y menos con nadie. Las situaciones más habituales de sorprenderme son, por orden de menor a mayor transcendencia:

3:- Cuando voy en transporte público. A mi musa interior le parece divertido divagar sobre temas filosóficos mientras miro como una perturbada y con ojos de evidente inestabilidad mental a las personas que tienen la mala suerte de compartir transporte público con mi persona. Es importante señalar que en realidad en lo que menos pienso es en lo que estoy viendo, de hecho, el sentido de la vista es el menor participante en mi pequeño foro político interno ( y no tiene nada que ver que sea miope hasta decir basta). Pero es increíble que el peinado de una señora mayor pueda llevarme a pensar en cómo los díctamenes estéticos de esta sociedad nos fijan unos límites muy marcados. A veces me recuerdo a Youtube, cuando buscas un vídeo sobre algo y acabas metiéndote en un círculo tridimensional que te lleva a ver vídeos de gatitos o de cualquier chorrada que no tiene nada que ver con lo que andabas buscando. ¿Qué más da?

2:- La hora de dormir. Científicamente está comprobado que el cerebro es un cabrón. Es así, amigos, aunque seas puritano de pensamiento, tu cerebro siempre acechará para liártela. Él te conoce mejor que nadie y sabe cómo y cuándo hacerte daño. Sabe que estás aburrido y no te proporciona nada con el qué llenar las horas pero a la hora de dormir: BOOM, toma dosis de cosas increíbles e ideas inimaginables que luego te hará olvidar a la mañana siguiente. O cuando te recuerda hechos vergonzosos cuando no vienen a cuento. Si es cierto el dicho de "mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos mucho más cerca" ese pequeño cabrón te sabeoteará desde donde nadie más podrá: desde dentro.

3:- Épocas de exámenes. ¿En serio? ¿Era eso necesario? Pues sí, justo cuando te estás jugando el curso universitario y el gobierno estrangula subiendo las tasas, a la inspiración le da por jugar al pilla-pilla. A veces pienso que es una espía del gobierno en un complot porque no me saque la carrera. Algún ejemplo de las cosas que me distraen de mi buena voluntad como ciudadana estudiantil y mejor persona:

* Estar estudiando la historia de algo, que una palabra me recuerde a las focas. Pensar en las focas y preguntarme cómo mierda se reproduce una foca. Buscarlo en google. Acabar tragándome documentales sobre focas. Suspender con sabiduría.

* Poner música para ambientarse. Entretenerte con la música y no concentrarse. Buscar la biografía del artista. Encontrar más canciones que no habías escuchado. Escucharlas y buscar la letra. Descargársela. Suspender con ritmo.

* Empezar a recitar la lección. Fijarte en el polvo que tiene la mesa de estudio. Darse cuenta de que más que vivir, cohexistes con un montón de porquería propio de un zulo. Buscar productos de limpieza y ordenar y limpiar a fondo tu habitáculo.Encontrar cosas que creías perdidas. Suspender con pulcritud.

* Pensar que diez minutos de descanso te vendrán bien para despejar la mente. Ponerte a jugar a un videojuego. Que los diez minutos se conviertan en una hora. Que esa hora coincida con la hora de cenar. Prepararte una cena cuya base es calórica y con cantidades industriales de cafeína y derivados. No te da tiempo de estudiar. Suspender con insomnio.

* Volver a las andadas. Planear lo que hacer después de los exámenes. Buscar información. De paso, te entra la inspiración y escribes una copla en pentámetros iambicos. Ponerle letra. Hacer una lista de cosas que hacer antes de morir. Intento de suicidio al saber tu suspenso. Suspender con dignidad.



Esto es todo por hoy, amigos. (Se oye al pájaro loco)


sábado, 20 de julio de 2013

Dorada balada de otoño



La rueda de la bicicleta cruje las hojas secas caídas al suelo en un otoño largo y dorado. La cadena rompía el silencio de la madrugada con su sonido metálico, como un chasquido desafiante al viento. Pasos acompasados al lado del vehículo, arrastrando un incesante pesar en su lucha contra el asfalto. No hace un calor que derrita los huesos. Tampoco el frío le congela los pensamientos. Y sin embargo, se encuentra vagando por las calles con la única compañía de su bicicleta y sus sordas cavilaciones. Pensar en nimiedades, las preocupaciones son aplazadas por momentos que no le impidieran percibir lo que le rodeaba. A medida que se acercaba a las grandes casas con jardín delantero del barrio residencial, se percibía la melancólica melodía de un piano. Un sonido triste y conmovedor que distraía a sus sentidos de sus pensamientos y del ruido natural de sus pasos. Se asomó a través de la verja de la casa y se apartó el ya largo flequillo castaño que cubría sus ojos. Una muchacha a contraluz tocaba con sus largos y flexibles dedos lo que parecía ser un gran y bonito piano. Parecía concentrada, aunque él sólo podía distinguir su perfil en las sombras y un pelo largo atado en una trenza que le caía por la espalda. Tocaba distante y a la vez, entregada. Desvalida y fuerte, con coraje y tristeza, con deambulante persuasión. Y ahí se encontraba él, dejándose llevar por una escena digna de la postal de cualquier estación de tren.  No sabía mucho de música, sin embargo le pareció que, por un instante, aquello era un mensaje codificado del destino. Aunque no creía en las casualidades ni en los caminos predeterminados, aquella música incesante retumbaba en su pecho, encendiendo una hoguera de fuego eterno. La noción del tiempo comenzaba a diluirse en los compases y el letargo del otoño bostezaba como protesta al despertar de la mañana. El eco de aquella canción resonaría para siempre y el sabía que después de aquello buscaría la manera de volver a escucharla, cada mañana, cada tarde y cada día del resto de su vida. En pocos momentos, los dedos de la chica se detuvieron firmes para darle un broche de oro a la melodía y terminar aquella sinfonía de amanecer. En un segundo se cruzaron sus ojos y bastó tan sólo ese instante para enlazar el pensamiento.
Él reanudó su camino.
Ella guardó las partituras.
El viento volvió a arrastrar las hojas muertas de los árboles.


viernes, 12 de julio de 2013

Adaptando a un peculiar erudito




Tras leer la famosa obra de Mary Shelley y contrastar con la película, concretamente con la de 1931, sólo me queda hacer justicia a uno de los seres literarios más famosos y sin embargo, peor adaptados. No estoy diciendo que la película sea mala, simplemente estoy tratando de matizar que como adaptación (si es que trataba de serlo) es francamente un insulto a la destreza de la escritora.
Si bien, la película no sigue en absoluto la estructura marco de la novela, tampoco sigue la línea argumentativa de la misma. Ni siquiera los personajes son una sombra de lo descrito en la obra. Para empezar, no entiendo el cambio de nombre del Doctor Víctor Frankenstein por el de Henry, amigo del protagonista. Tampoco llego a vislumbrar cuál era la intención del director al darle tal absoluto protagonismo al padre y la prometida del doctor, restándole verdadera importancia del propio monstruo. Elizabeth, la prometida, sigue el patrón de mujer pasiva que caracteriza a todas las mujeres dentro de la novela. En ella, simplemente se sienta a aguardar su destino, bien sea esperar el regreso de Frankenstein o bien toparse con la muerte ante sus propias narices. Sin embargo, en la película podemos ver todo lo contrario; una mujer que sale a buscar a su futuro marido en lugar de sentarse a esperarle en el diván. Frankenstein padre capta la atención en la película por tener un carácter fuerte y añadir cierto toque cómico a la misma, pero realmente, en el libro es tan sólo una pincelada, un personaje secundario que cumple su función como tal.
Pero me voy a centrar en el peor perjudicado de todos: la criatura. El monstruo es retratado en el film casi como un animal salvaje y asustadizo, incapaz de razonar. A veces, se comporta como un niño que trata de descubrir el nuevo mundo que se le abre sin manual de instrucciones, algo que se puede ver perfectamente en la escena con la niña Mary. Pero, ¿es realmente el monstruo un incapaz agresor y una instintiva criatura?

En absoluto. En la famosa obra de Mary Shelley podemos contemplar a una criatura que tiene tanto de humano como cualquier otro personaje. Explica su situación a su creador, cuenta sus progresos a la hora de sobrevivir después de su marcha e incluso "justifica" las razones de sus asesinatos, pero lo más importante: el sentimiento de soledad desembocado por el rechazo que ejerce en la sociedad debido a su aspecto. El monstruo es inteligente y lo demuestra, no sólo contando los hechos de manera cronológica, sino por ejemplo, cuando distingue qué plantas comer y cuáles no tan sólo observando el comportamiento de los animales. Intenta integrarse en el medio que le rodea mediante la observación y la imitación de aquellos a los que ve como sucede con la familia de campesinos. Incluso llega a sentir compasión y deja de robarles comida cuando se da cuenta de que apenas pueden llegar para mantenerse. En sus claros intentos de socialización, hace un acercamiento a aquellos que observaba y trata de integrarse pero su aspecto es el peor de los inconvenientes. La única solución que llega a pensar es pedir, bajo amenazas eso sí, a su creador una compañera igual que él que pueda entender su situación y remediar su soledad. Todo este contexto y todos esos capítulos de una perfecta narración por parte de la criatura nos hace vislumbrar su punto de vista y, al final de la obra, poder vaticinar que el verdadero monstruo es el Doctor y la sociedad que rodea a su producto. Su agresividad es sólo una reacción a la acción de rechazo que le es impuesta. Investigando un poco es fácil ver trazos autobiográficos de la autora en el libro; el sentimiento de culpabilidad debido a la muerte de su madre en su parto. También la pérdida de sus hijos. ¿Es posible que Mary Shelley reencarnara su culpa en una criatura para justificar la desgracia de tan terribles pérdidas?

Es por esto y no por otra cosa por la que me sentí terriblemente conmovida por este personaje. Es tan fácil ponerse en su lugar y llegar a comprender la sensibilidad que tiene hacia los detalles de un mundo que acaba de abrir sus puertas a un elemento hostil. Un elemento que debe luchar contra prejuicios. Un elemento que, a pesar de sus intentos de supervivencia, se verá obligado a vagar errante por la tierra con la inmensa carga de ser un defecto de su creador.


lunes, 10 de junio de 2013

Literatura alemana para Dummies

A comienzos del XII, la literatura deja de estar en manos eclesiásticas para empezar a abrirse al mundo cual folclórica debutante.Los monjes/clérigos siguen dándole al fandango de la escritura pero no sólo textos religiosos.Empiezan a escribir textos basados en la propia historia del país y se inspiran en textos franceses y orientales pero adaptados en forma.Ya no se pretende agradar a Dios sino también a todo el world, con emoción y tesión cual concursante de GH en un test de inteligencia.La primera obra (Kaiserchronik) trata de la biografía de emperadores romanos pero centrados en la historia divina.Los (posibles) autores de la obra claman el derecho de los emperadores alemanes sobre la herencia romana, que hay que preservar.Empiezan a admirar a gentuza como Alejandro Magno (Alexanderlied) como figura representante del Memento Mori.Otros reescriben la historia de Roland (Rolandslied) y de cómo se va a apalizar gente pagana bajo las órdenes de Carlomagno.Carlomagno es descrito como si un modelo de Hugo Boss se tratase: alegre, buenorro, cabeza política y religiosa de su estado.


Como el papel de caballero comienza a tener fuelle, se empiezan a escribir epopeyas, siendo dos las más importantes; König Rother, recoge los acontecimientos del rey Rother, que era antepasado de Carlomagno (se ve que en este período, era el niño de los ojos de todo escritor) y Herzog Ernst que incluye aventuras de Simbad (¿ese no era un león?) el marino, ya que el público está hasta las partes nobles (o populares, dependiendo de tu situación social) y claman aventuras y sangre. Sobre todo sangre, fueron los primeros amantes del gore conocidos.
Los monjes dejan de tocar la huevada y chupar cámara y la literatura pasa a las manos (espero que limpias) de caballeros y nobles, a veces reyes (de bastos, copas, espadas u oro, dependiendo). A esta gente se la sudaba un poco más la religiosidad y querían que se habláse de sus mendas lerendas, así que la literatura se dirige a sus propios estamentos sociales (roñosos). Describen el mundo como un lugar bello, idealizado y ennoblezido donde sólo hay cabida para damas y caballeros, pero es normal cuando puedes reposar el culo en tu trono de oro y gemas preciosas. En este periodo tope tocho surge el famoso Nibelungslied. En el se retrata la canción de Brunilda (la que sale en Django) y la leyenda de Sigfrido, un gañán que quiere el tesoro de los Nibelungos. La epopeya cambia rápidamente y acaba con un mar de luz, fuego, destrucción.  Se ve que esta obra moló cantidubi a los medievales a pesar de que Sigfrido es más palurdo que un bailar solo en la verbena de tu pueblo, el resto de personajes rompen con los ideales caballerescos y la antigua tradición germana. Esto inspiera el Kudrunlied, que relata el secuestro de una pava y como se meten de ostias por su puta culpa. Las virtudes del caballero se demuestran luchando y en torneos que es gerundio, para demostrar su habilidad y fuerza y ciclarse con una lanza bajo el brazo. Las habilidades que debía poseer todo caballero eran: dominio de sí mismo (no masturbarse en sitios públicos), la capacidad de sacar lo mejor de las peores situaciones (ej: disfunción erectil), el ánimo alegre (el vino), el honor, la fidelidad (já) y la bondad (já x2). Al contrario que los caballeros franceses (que eran un poco gays), los alemanes se modernizaron e introdujeron una gran variedad de temas en la literatura, introduciendo una mayor intensidad de las pasiones, mayor seriedad, mayor número de motivos ideales (divino de la muerte), finalidad didáctica, subjetividad, etc.
La epopeya cortesano-caballeresca se introdujo gracias a Heinrich von Veldeke (Badulaque para los amigos) y también introdujo la forma estrófica. Tradujo la versión francesa de Eneas y se representa a los héroes con las típicas características del caballero medieval, pero a diferencia del francés, el amor y la cursilería cobra matices y significados nuevos.

miércoles, 29 de mayo de 2013

Wenn ich Reich wäre...



En una de esas redacciones tan famosas por crear crisis de identidad entre los estudiantes, se me ha pedido que eche a volar mi imaginación y deleitar así al profesor con unas monótonas líneas sobre qué haría si fuese rica.  No es algo que no me haya planteado nunca, pero sinceramente no me entusiasma la idea de limpiarme el culo con billetes de 500 euros. Haciendo un esfuerzo, pues, y tratando de ser sincera como prueba de un auto-psicoánalisis, desearía hacer lo siguiente con esos papelitos que poseen nuestra alma:

1:- Pagarle la hipoteca a mis padres y asegurarles la jubilación.
Esto es lo inmediato que se me ocurre al pensar en, por un evento fortuito, almacenar dinero hasta morirme de asco. Y es que, sería muy pretencioso por mi parte empezar gastando para mí misma cuando ellos me han dado lo mejor (que no se puede pagar con dinero.)
2:- Viajar como si no existieran fronteras.
Bastante poco original de mi parte, pero siempre he tenido una idea bohemia de no tener destino ni anclaje en este planeta llamado mundo.

3:- Comprarme una casita pequeña de estilo victoriano, con una gran biblioteca y un jardincito japonés en la parte trasera.
Este es el primero de dos, de los únicos caprichos materiales que se me ocurren. Siempre he tenido fetichismo por las casas victorianas, la biblioteca es por supuesto imprescindible y el jardín es tan sólo una pincelada al capricho que me otorga el dinero.
4:- Aprender idiomas.
Consecuencia tal vez de viajar o tal vez no, pero aprecio demasiado las letras como para no abarcar a todos los posibles en un inmenso currículo de amor a la literatura y los idiomas.
5:- Una gran colección de guitarras eléctricas y otros instrumentos musicales (piano, violín y saxofón) y por supuesto, aprender a tocarlos.
Y aquí el segundo capricho "material" aunque más vinculado a la curiosidad musical, a sueños frustrados (tuve que dejar las clases de saxofón cuando era niña) o por mi inmensa avaricia de conocimientos varios, a veces tan sólo limitados por nuestro colega el dinero.
6:- Subvencionar investigaciones científicas y editoriales y galerías de arte para autores independientes.
Una manera de sanear el panorama decadente en estos tiempos de crisis, no sólo económica, sino también artística e intelectual.
7:- Crear escuelas en lugares subdesarrollados y colaborar (no sólo monetariamente) en organizaciones contra la pobreza.
La acción altruista de la lista, porque nunca sabes cuando vas a vivir debajo de un puente.

Tras esta retahíla de palabras que probablemente encajen dentro de los estereotipos de estos ejercicios prácticos, también habría que reflexionar sobre los problemas que conlleva ser rico. Y aunque, no se me ocurran muchos, los que hay, me parecen lo suficientemente graves como para no querer estar en uno de esos odiosos ránkings de las personas más asquerosamente ricas del planeta. El primero es, por supuesto, que el dinero cambia a las personas. No sólo al propietario de dicha fortuna, sino también de los que andan pululando a su alrededor. La incertidumbre de si aquellos que se te acercan te quieren por ti mismo y no por tu dinero. Sinceramente, querido lector, me parece una estupidez y culpo directamente al ocioso ricachón. Y es que, a nadie se nos enseña a ser ricos ni pobres, y todos esos cursos de administración del dinero y libros de autoayuda son una burda pantomima para enriquecerse a costa de los pobres ingratos. El problema del problemón consiste en que una persona rica tiende a aparentar esa riqueza, ya sea por su ostentosa vida o por retener a rubias conejitas oxigenadas en una mansión. Por lo tanto, yo planteo: si tu nos vendes una imagen de millonario vividor, ¿cómo pretendes que alguien te quiera por tu "personalidad? Tú mismo eres culpable de tu propio márketing y si fuera tú, me despediría del puesto de publicista. Pero volviendo al tema central, el segundo problema es el terrible aburrimiento de alguien que tiene el mundo a su adquisición. Cuando puedes comprarlo todo, hasta una isla con la que frotar tu billonario culo, el hecho de hacerlo se convierte en un acto nihilista. De aquí se desarrollan las profundas taras y extravagancias de algunos famosos, como coleccionar pelo de celebridades o zapatos de piel de animales extintos. Probablemente no volverán a sentir ese embriagador sentimiento al conseguir algo por lo que llevas mucho tiempo ahorrando.

Realmente, si miro atrás a esa lista y recapacito un poco, me doy cuenta de que el conocimiento y aquellos a los que quiero, son la riqueza más grande que podría poseer y es que, a fin de cuentas, yo no nací para ser rica (ni deseo serlo).


viernes, 3 de mayo de 2013

Filosofías de un ama de casa.

Por mi madre, ilustre señora. Ama de casa de día, filósofa a jornada completa e histérica en los descansos.

"Merendá es bueno pa' la piel"
" Ve menos que un piojo metío en lejía"
"Al que quiera saber, mentiras con él"
"Los quieren porque les dan jartángana"
" Sólo se te acercan locos porque das buenas vibraciones"
"-Mamá la oculista dice que tengo unos ojos bonitos *.*
-Eso sólo te lo ha dicho para venderte las gafas"
"Tu padre ya me deja liarla cuando salgo a la calle porque ya me conoce"
"Mira, no voy ni a contestarte. Paso de ti y de tu farmacia" (Mi madre al farmacéutico)
" -Mamá, no sé qué poner en mi redacción de inglés sobre la afasia
-Pues qué vas a poner... que es muy chungo tener eso"
" -Eres una orgullosa, nunca pides perdón
-Vale, mamá, perdóname
-Yo no necesito tu perdón " (Con aire digno)
"-Um... no me apetece hacer el tiramisú :/ ¡Podrías hacerlo tú! :D
-¿Quieres que lo haga?
-No, porque en mi cocina no entra nadie" (Aire digno 2)
" (A mi hermano) -¿Por qué te levantas tan temprano? ¡Son vacaciones!
(Dos horas después, a mí) -¿Por qué te levantas tan tarde? ¡Haz algo productivo en vacaciones!"
"-Hay que ver, no me ayudáis en ná
-¿Quieres que te ayude?
-Yo no necesito tu ayuda, me basto yo solita"
" Hay hormigas :/ Nadie las invita pero ellas se invitan solas"
" -Mamá, nos hiciste defectuosos D:
-¿Qué dices? si puse toda la carne en el asador..."
" Roque es nombre de sordo"
"Jodida vieja mal follada" (A la anciana del mercadona que por poco la atropella con el carro)
" -Ayer vi a una antigua compañera de instituto tuyo. Menuda machorra está hecha
-Mamá, yo también soy machorra
-Tú no eres machorra, eres desarreglada"

(Viendo pasión de gavilanes)
"-Uy, qué bueno está ese
-¡Mamá, eres una mujer casada!
-Si tu padre está muy bien... pero ese más (esta parte dicha en bajito y corriendo)"


En construcción permanente. Deleitémonos con la sabiduría popular de una mujer que, a golpe de mocho, se hará un hueco en la filosofía moderna post-kantiana.



martes, 16 de abril de 2013

5 sutiles filosofías de vida que nadie parece aconsejar

En una época como esta que nos ha tocado vivir, muchas personas se frotan las manos en hacer leña del árbol caído. Si hay una desgracia, a los pocos meses sacan una película con la cual recordarle a las víctimas lo mal que lo pasaron y de paso sacarse un dinero a costa de ellas. Por no hablar de los patéticos consultorios de revista cuyas redactoras probablemente cumplan el estereotipo de cincuentona de rulos en el pelo y uñas lacadas, a la cual le importa un mierda que a tu marido no se le levante o que a tu sartén recién estrenada le haya salido un agujero enorme quedando inutilizable. Así que yo, aquí, una señorita de dudosa moral, me propongo dar mis cinco sutiles versiones de advertencias, des-consejos o filosofías que nunca te dan pero deberían darte:

1:- De todo lo que oigas créete sólo la mitad.
Y este consejo vale para todo, y no sólo para las noticias en diferentes medios, sino también para las personas. Nada que no hayan visto tus ojos merece tu atención, preocupación o incluso inquietud.

2:- Tu cuerpo es tuyo y te lo follas cuando quieres.
Lo que quiero decir con esta frase tan polémica es que hagas con tu cuerpo lo que quieras, cuando quieras y como quieras. Que nadie te diga como peinarte el pelo, si tienes que maquillarte o no o si vestir de tal manera es un tanto inapropiado. Porque queridos, nadie va a vivir dentro de tu cuerpo tanto como tú mismo, así que haz de tu casa un lugar habitable siempre desde tu perspectiva.

3:- Ninguna relación personal funciona sin reciprocidad.
Es decir, que si das mucho y te dan muy poco, es una mierda y viceversa lo mismo. ¡Eso sí! Los problemas entre dos personas SIEMPRE son culpa de ambas, así que nadie puede tirar de la cuerda demasiado si no quiere llevar a su compañero al barro.

4:- No poner el parche antes de que salga la herida.
Si no está roto, no necesita arreglo. La ambición de "mejorar" cualquier cosa es un objetivo aceptable a menos que no sepas como hacerlo. Entonces, mantente lejos de los plastidecor. O deja de ver Art Attack, ambas cosas están bien.

5:- El arrepentimiento es el sentimiento más falso de todos.
Nadie se arrepiente por sí mismo. Todo arrepentimiento conlleva una presión social o moral, ergo, nunca nos arrepentimos por nuestra propia voluntad.


Y hasta aquí me despido. Feliz lectura.


lunes, 8 de abril de 2013

Ginebra, de reina infiel a reina de la botella



Uno de los temas salidos de las clases de literatura, que aunque parezca mentira a veces hablamos de otras cosas que no sean orgías/sexo/*inserte connotación sexual aquí*, ha sido la mujer como dos polos opuestos: la pura dama y el pecado carnal. Dado que la dama pura apenas me interesa y que todo tema relacionado con el infierno despierta mi curiosidad, he decidido buscar algo sobre una referencia a Ginebra (Genevieve) que apareció en un poema de John Keats.

Ginebra, a parte de ser una bebida alcohólica, significa Sombra/Hada blanca, en un contexto en el que las ninfas eran vistas como seres místicos y sexys. Así, tal cual. La chiquilla esta es conocida por las leyendas artúricas (como su nombre indica, del archi-conocido rey Arturo) y no precisamente por ser una "santa". Dejando a parte mi opinión sobre la inocencia de Ginebra, digamos que las cosas pasaron de semejante manera:

El rey Arturo quería una esposa con la que satisfacer sus huevos toreros y dado que el matrimonio esta visto como un contrato social y político, elije a la buena de Ginebra ( hija del rey Leogedrance, es decir, tenía pasta para limpiarse el culo con oro si le apetecía). Si bien, el hombre aquí comete el fallo de mandar a otro en la búsqueda de la dama (que ya te vale, Arturo, como si fuera a buscar choped al supermercado) y traérsela para esposarse como Dios manda. Lancelot, que es el privilegiado busca-esposa se trae a la jamona y ambos se enamoran en medio del bucólico trayecto por la campiña inglesa. Llegaron a Camelot y Ginebra tenía que cumplir cual gitana el día de su boda y casarse con Arturo, por lo que la señorita se volvió una attention whore de la corte. Lo que pasó fue, que se llevaba malamente con la hermanastra de Arturo, Morgana, porque siempre hay alguien en la familia del novio que te tiene que caer mal, eso es así. Morgana, que era más rencorosa que un abuelo en una panadería, le transmitió este... cómo decir... coraje, a sus hijos por los siglos de los siglos. ¿Que por qué tanto rencor? Fácil, Ginebra expulsa de la corte al amante de la hermanastra, y claro, no hay nada peor que una mujer despechada.

Pero volviendo al tema del affair amoroso entre Ginebra y Lancelot, éstos dos se amaron cosa mala hasta que la diñaron. ¿Y sabéis quién tiene la culpa? Los enemigos de Arturo, esos sucios bastardos, si es que ... bueno, que me desvío del tema. Los enemigos aprovechan esta situación para acusar de guarr... adulterio y conspiración a Ginebra y su chorbo, lo que acarrea una expulsión para Lancelot y una sentencia de muerte para la reina.  Lancelot, por supuesto, intenta salvarla cargándose a todos los Caballeros de la Mesa Redonda. Al final no muere, pero se mete a monja, lo cual supuso el fin de humedecer el churro para Lancelot. Incluso la nombran madre superiora. Tras la muerte de Arturo, Lancelot se deja caer por el convento para visitarla y acaba metiéndose a monje ermitaño.

Moralejas de esta historia: No mandes a tu mejor amigo a por la chica que te gusta. Tampoco la visites si se vuelve monja, podría comerte la cabeza y acabar semi-calvo, con sotana y en una puta cueva en la montaña.

Un placer compartir mis escrituras.

miércoles, 20 de marzo de 2013

Paranoias segmentarias #1 Extraterrestres y reproducción



¿Por qué la forma de reproducirse y de copular del ser humano es tan jodidamente rara? Como si la especie no fuera lo suficientemente extraña por sí sola, a la Madre Naturaleza (caracterizada por un humor jocoso y retorcido como un sacacorchos) se le ocurre inventarse sistemas enfermizos de multiplicarnos cual panes y peces. Encima tenemos la poca decencia de mirar (o poner de fondo mientras nos echamos la siesta antes de que la abuela se apodere del mando) documentales de otros animales o plantas haciendo uso de su derecho a no extinguirse mientras un hombre de voz profunda, como si estuviera encerrado en una oquedad cavernosa, se le ocurre recitar paso a paso como invierten las víctimas del documental su tiempo a la hora de copular. A mí me gustaría imaginar que lejos de este desgraciado planeta hay seres de vida inteligente, curiosos y totalmente diferentes a nosotros en cuanto a cultura, pensamiento y anatomía. Si estos aliens, cuya  forma de fertilizarse los unos a los otros procediera de manera recontrincadamente distinta a la nuestra, ¿qué mierdas pensarían al averiguar en una de sus fugaces apariciones por el planeta, cómo hacemos el fornicio?
Me imagino los documentales con el señor cavernoso (el cual, inexplicablemente, imagino con bigote) narrando:

" La hembra de humana sangra por una oquedad al sur de su cuerpo una vez al mes para dejar claro al macho que la fecundación no ha fructificado y que quiere chocolate de la marca Milka. El macho, por lo general, algo torpe a la hora de analizar los complicados cambios de humor de su compañera, retrocederá silenciosamente hacia la salida más cercana dirección Despeñaperros." [...]
"Los machos de la especie poseen una especie de rabo al que le han pegado un martillazo en un extremo y que curiosamente se sitúa en la parte opuesta a donde un rabo normalmente debe ser colocado. Una bolsa de nueces le hace compañía a dicho rabo y de las cuales se sospecha que sirven para la dominación del macho por parte de la hembra de maneras más o menos agresivas. Otros estudios niegan dicha información y aportan que la bolsa contiene la fórmula por la cual estos se sienten atraídos por cualquier cosa con forma redonda (pelotas, ruedas, prótesis mamarias...). En cuanto a la hembra, posee extrañas perforaciones allá donde el hombre tiene lo anteriormente nombrado. Todas ellas forradas con una cortina de carne cuyo uso es el de ser marcadas al ponerse unos ropajes rituales llamados "leggins"
" En cuanto al parto, la mujer cría a un engendro en el interior de su cuerpo, dejando a la criatura peligrosamente cerca de órganos vitales. Después de ocho o nueve meses de engordamiento al churumbel, la mujer emulando a la naturaleza, abrirá un río entre sus piernas que la pillará cuando iba al super a por Ferrero Rocher y el dependiente le advertía que no los vendían en esa estación por la pérdida de calidad del preciado producto. El río, por lo general, simboliza que la criatura desea partir a su madre en dos, por lo que la especie lleva a la hembra a un lugar muy blanco y lleno de señores con batas e instrumentos nada apaciaguadores. En esta situación, la mujer, cual niña del exorcista, se revolverá en su camilla y con cara de poni revenío intentará sacar a la furia que ha criado ella misma en su interior (normalmente haciendo referencias poco recomendables y algo groseras a la bolsa de nueces del progenitor y culpable de la situación). El macho está desconcertado en el paritorio y sólo sabe decir estúpidas frases de ánimo y agarrar la mano de la mujer que está en plena combustión paritoria. Esto demuestra la escasa inteligencia de esta especie"

Y después de esta chorrada, sólo decir: Querida madre naturaleza, yo no sé si madre serás, pero hija de puta, un rato.


martes, 5 de marzo de 2013

El por qué tener novio no es lo único en el mundo



... y otras razones para llevar una vida normal y feliz. Últimamente mi preocupación por la vida sentimental de mis compañeras de carrera a pasado de cero a me importa un maldito bledo pero sin rencores. El caso es que la vida es una sarcástica compañera que desea que te enteres de esos detalles escabrosos de tus compañeras de pasaje en este vasto y cruel mundo. Esto, un poco alejado de disgustarme del todo y acercándose más a divertirme, me ha traído a un punto de inflexión importante. Las bases de mi filosofía personal las tengo bastante asentadas ( hasta aseguradas en caso de terremoto y vueltas de la vida) pero se reafirman más cuando conozco la simpleza personal de ciertos seres erguidos. Y es que no puedo comprender ni tan siquiera vislumbrar un ápice de la obsesión de tener parejas ( que aunque esté pensando en ejemplos concretos, esto va en general). Espero que esto que voy a decir en las siguientes líneas no suene a consejo, no sólo por mi eterna animadversión por este fenómeno sino también con sus resabiados proveedores que más que humanos parecen restos de alguna redactora de revistas para adolescentes dopadas de hormonas. Queridas mías: hay una vida más allá de todos esos pósters y cánones prototípicos que nos vende esta plástica sociedad. A las que conozco lo tenéis todo: sois chicas guapas, estudiantes y con una vida social que ya desearía la mía, tristemente poblada por esas bolas de paja que atraviesan la escena en una película del oeste. Centraros en ser mejores personas, en enriquecer el pensamiento, en no ser simples esclavas del Bershka ni ser un clon de un clon que copió a otro clon. Aparcad por un momento esa insana obsesión porque en vosotras mismas no hay nada que una pareja tenga. ¿De verdad no hay otra maldita cosa que desear en esta vida? ¿Otros objetivos, finalidades, proyectos futuros? Compañeras, mirad el mundo que tenéis y todo lo que está sin hacer o a medio acabar y decidme si no hay cosas que tú, individuo errante, no puedas aportar.


lunes, 18 de febrero de 2013

Contra la estupidez humana, tomo uno del gran volumen de la idiotez



Aquí estoy dispuesta a escribir. Y no, no es una historia con aires de grandeza que tanto me gusta dejar por aquí cuando paso. He decidido escribir sobre lo que me venga en gana, porque, ¿qué coño? ¡Si la única que lo leo soy yo, pues tendré que gustar a mí única lectora! Para no dar más rodeos e introducir el tema al que hace referencia el título, apuntaré que odio ciertos tipos de cosas que dejan a las personas (en especial a las mujeres, que es la parte que a mí me toca) a la altura del esmalte de un pequeño y pomposo chihuaha rosa. Pero, no voy a extenderme demasiado en el tema, pues me gustaría en un futuro (no muy lejano, si a mis profesoras no les importa) hablar con extensión y sin tapujos (es decir, con toda mi mala leche en vena) sobre el tema. Procedo:

La imagen de mi cabreo:



Pues sí, lo reconozco. Soy de las que no se ponen tacones porque ni siquiera mantiene el equilibrio con zapatos planos, me miro una vez al espejo y porque está frente a la puerta de casa, que cuando llega el lunes me cago en la santísima estampa por tener que levantarme tan temprano. Que van de duras pero se rinden ante un bote de nutella precintado. De esas que se ríen de sus propios chistes porque nadie más les ve la gracia. De las que se sorben los mocos al llorar, que me consuelen a base de chocolatinas y wifi gratis, porque Internet me quiere como soy. Que soy de esas que critica a la gente porque odio a todo el mundo y el mundo me odia a mí, pero es lo que tiene ser antisocial. Soy de las personas que sueñan cosas raras como  allanamientos de morada con helicópteros o jugar al cinquillo con un par de estorninos sin domesticar, que él único príncipe que conoce es el de las galletas, que los amores de película le son indiferentes porque siempre se queda dormida antes del final y que no puedo dormir si alguien me susurra de manera siniestra al oído cuando me voy a dormir.

Y así, por los siglos de los siglos, amén.

jueves, 14 de febrero de 2013

Café café

Picture by ~zoee7 en Devianart


En aquella tarde grisácea paseaba yo por la ciudad con el objetivo de dar fin a mi trayecto mecánico en una cafetería. Un encuentro programado me llevaba a aquel lugar que rezumaba a fritanga y dulcería, aroma que embriagaba los sentidos de cualquiera que pasara cerca. No era casualidad  que estuviera allí, así que procedí a sentarme con ella. Un sombrero de los años cincuenta, los labios rojo burdeos y unas gafas de sol que reflejaban a medias el cigarro que estaba fumando. Era irónico que quisiera pasar desapercibida y que sin embargo llamara tanto la atención. Me senté y dejé la chaqueta a un lado. No dije nada porque sabía que en algún instante ella comenzaría un sólido soliloquio en el que vaciaba la mente a golpe de palabras que sabían a café muy cargado.  "Odio los días grises. Me recuerdan mi estado de ánimo. Es como si el clima me pasara el testigo de la lenta agonía del día y ni siquiera es casualidad. Ya nada lo es. ¿Sabes? He pasado tanto tiempo con él, tanto que ahora el "fin" ni siquiera hace que empañe mis ojos con lágrimas. En su lugar, siento una pesada losa recostada sobre mi pecho; dormitando; esperando a ser desembocada y quizá es por eso por lo que estás aquí. Sé que no tienes nada que ver, pero debo decirle algo a alguien; las paredes de mi casa ya no quieren oírme. Es tan retorcida esta situación, tan, pero tan retorcida... he pasado tanto tiempo con él que siento que se ha llevado una parte de mi vida. Pero en algún punto de nuestra trayectoria, sabíamos que íbamos a estrellarnos. Se lo dije. Le dije <<esta relación es un cáncer >> y él lo sabía. Ambos lo sabíamos. ¿Conoces ese tipo de relación en la que saca todo lo bueno de ti? Este no era el caso. Por lo contrario, me exorcizaba lo más oscuro de mi ser y sin embargo lo disfrutaba. ¿Ves? Masoquismo en extremo. Las discusiones eran mi mejor manera de quererle: cuanto más discutíamos, más le quería y así era desde el principio de los tiempos. ¿Qué coño voy a hacer ahora? Ya ni siquiera recuerdo a qué dedicaba las horas antes de conocerlo. Ya no recuerdo qué era de mi vida antes del abismo en el que se sumió al toparme con aquella piedra en el camino y ahora ese tiempo muerto me recuerda lo vacía que estoy por dentro. La gente como yo no debería enamorarse, ni permitir que otros lo hicieran. Es curioso, pero no tengo nada que ofrecer a nadie. No tengo un carácter agradable, no soy divertida, lista y ni tan siquiera buena persona. Soy una maldita fachada, un estereotipo caminante, vagando entre lo que sabe que se encuentra cada mañana en el espejo. No soy nada. No soy nadie."
Cada golpe silábico de su amargo monólogo me punzaba las sienes. El humo del cigarro había empezado a consumirse y en aquel ambiente sobrio, yo ni siquiera alcé la voz para replicarle ni un segundo. Cualquiera que se atreviera a mirar de cerca, se daría cuenta que éramos dos caras de la misma moneda. Sé cuanto detestaba mi juicio moral sobre todo aquel estilo de vida no sujeto a ninguna norma y ella sabía que en las comisuras de mis labios comenzaban a escaparse un "Te lo dije", así que hice una mueca para retenerlo. Oía sus discursos, a veces, como una suave letanía y otras veces como un sin fin de reproches perfectamente estructurados en aquella habilidad retórica que despachaba. Entonces, me fijaba en los botones de su vestido, algunos perfectamente abrochados con esmero y cuidado, otros deshilachados y perdidos detrás de la cómoda de algún desconocido. Pero aquella vez deambular sin rumbo había terminado en una piedras bastante difícil de patear fuera del camino. Probablemente porque estuviera cansada de una trayectoria sin futuro o probablemente porque sabía que el epicentro del huracán siempre había sido ella, y sólo por eso, aquella espina que tenía apuntillada en el alma crecía como el peor de los males y la más lenta de las enfermedades crónicas.