Una mota de polvo contra el cristal
Atravesada por la luz de la ventana
Como dardos brillantes en el contraste
Y aquí me encuentro completamente sola
Una mota de polvo me encontró a mí
Susurrante, sigilosa, entra en contacto con mis sentidos
Se defiende constante al azar vaporoso del aire
Entra descalza en mi espectro de visión
Cuando estoy completamente sola en mi habitación
Pocas cosas me separan de ella,
No es sólo una mota de polvo, es mi deletadora
Extraviada en mi memoria, cruel emprendedora
de mi propia insatisfacción, es diminuta e invisible
Es común y depredadora, es incesante en el azar
Porque a estas horas sólo me acompaña la soledad
Ata despacio mi propia inexistencia antes de que
una flecha, cualquiera, disparada por la luz la atraviesa
En mi orgullo herido de envidia, o de tristeza
Atabiada con el recuerdo, forajida de su propio destino
Aquí, en mi cama, late inconstante mi inexistencia
Aquí, en mi habitación, sólo estoy yo
No hay nadie más, sólo yo, en mi habitación
Una mota de polvo va a colisionar con mis pestañas
Indecisa de su destino, va a morir en mi espectro de visión
¿Eres tú aquella mota de polvo?
No parece nadie preguntar
¿Acaso eres como yo?
Ella no parece musitar
Mi identidad itinerante va a enmudecer, cuando esta pequeña
mota extinga su vida. No nos volveremos a ver.
Hoy más que nunca, en esta habitación, me encuentro sólo yo.