martes, 20 de diciembre de 2011

¿Se puede querer a alguien más de lo que se quiere a uno mismo?

¿Se puede querer a alguien más de lo que se quiere a uno mismo?

Después de todos esos textos, cartas y pensamientos dedicados, después de corazones rotos, recuerdos oxidados y largas tardes aguadas por las lágrimas, después de todo eso, volvemos a tropezarnos con la misma piedra. Cupido es un arquero celoso. Y certero. Pero tras haberte pateado mil veces el corazón y tras haber escupido en tus sueños tantas veces...¿existe todavía alguien que siga el culto sadomasoquista del amor? ¿hay alguien ahí fuera que aun es capaz de volver a arriesgarse por otra persona?
Una vez, una persona me dijo que nadie puede querer a nadie más que a uno mismo. O, al menos, que no debería. Porque el tiempo pasa y las personas cambian, y nadie va a convivir contigo tanto tiempo como tú mismo/a. Y al final de cada derrota, siempre vas a ser tú la que vas a agachar la cabeza y recoger los pedazos de una nueva colisión. A veces me resisto a pensar que algo sea así, pero soy solo una idealista. Alguien que una vez soñó con exprimir cada gota de su ser y entregárselo a alguien que estuviera dispuesto a corresponderle aunque fuese ínfimamente. Sin embargo, los años de soledad ya han hecho mella en las antiguas filosofías de una pequeña demente. Alguien que tenía los pies en el suelo, sí, pero la mente en las nubes, el espíritu en el cielo y el corazón en alguna parte. Una turista encandilada de sueños y enamorada de los sentidos. Alguien que no quería parpadear para no deshacer el espejismo de su mundo. Y tras largas andanzas de la mano de la experiencia, y tras largas horas en la sala de espera de la vida, te preguntas si de verdad estás dispuesta a dar todo lo que creaste de la nada, por alguien que acaba de llegar y no sabe nada. Y en eso consiste el amor; En dejarte poner una venda en los ojos y regalar tu reloj de arena a las manos que se tienden frente a ti. Y solo te queda esperar que esas manos no entiendan de romper relojes, ni de deshacer sueños, ni de burlar corazones.

jueves, 15 de septiembre de 2011


"Nunca se está solo, siempre te acompaña la soledad"

La soledad es un concepto que a simple vista parece fácil de definir, pero si te paras a pensar durante unos instantes te das cuenta de que no es algo neutro. Muchas personas lo ven como un espectro, un castigo por tener que cargar en tus espaldas el enorme peso que supone estar solo. Otras personas, la reciben como un compañero de rutina, aprecian su existencia y su espacio blanco que te rodea, como un ser intocable que no te aprisiona entre las paredes de las inseguridades humanas ni en sus dudas emocionales. Si tuviera que elegir uno de los bandos, diría que pertenezco más al segundo, pero con claras matizaciones. Disfruto la soledad, me ayuda a estar en contacto conmigo misma que aunque suene a una tontería, no lo es. Tiempo para pensar, para organizar las ideas, para aprender de uno mismo y de lo que te rodea, para observar... Es un alivio tener tiempo para aceptar que eres humano y que estás tentado a fallar pero que también puedes levantarte y decidir tu camino.La soledad consigue que tenga una sensación de libertad que pocas o ninguna cosa puede ofrecerme.Pero también se puede aprender mucho de las personas y aquí es donde viene mi matización. Como ya dijo una vez Audrey Hepburn, tengo la necesidad de querer y ser querida de vuelta. La reciprocidad de un sentimiento como es el amor, tan grande que una vez que se va deja un vacío tan inmenso. Y como la vida está hecha de contrarios y complementarios, la soledad no existiría sin la compañía y mucho menos sin el amor.¿Se puede querer a alguien estando en soledad? Es posible. El amor es algo tan intangible e indescifrable que nadie lo puede meter en un molde y decir "Es cuadrado" o "Es de color azul".Se escapa como el agua entre los dedos de una mano flacucha, porque aunque nos cueste entenderlo, el amor no entiende de posesivos. Tú no eres mío y yo no soy tuya, sólo me pertenece lo que sientes por mí (Citando un libro que hace poco leí). Porque, al fin y al cabo cuando esa persona se vaya te darás cuenta de que lo único que te tienes es a ti mismo y ahí es donde entra en juego la soledad.Muchas de las grandes dosis de creatividad e inspiración necesarias para hacer algo mágico que deje huella en este mundo caótico han sido dadas a luz en un momento de intimidad con ella. Y, pensando un poco en ello creo que la soledad nunca llega a irse del todo, al menos no a ninguna parte. Se esconde, se transforma, se difumina en un manto turquesa, pero no se marcha sin más. Tampoco necesita despedidas, ni saludos ni una carta de presentación porque es indudable que cada uno la reconocerá nada más oír sus pasos tras tu espalda.Pero en llegados a este punto es cuando se necesita retomar el principio: puedes aceptarla como compañera o puedes tratar de echarla de tu lado lamentándote de tu situación.Yo seguiré dejándole las ventanas abiertas para que vuelva y se vaya cuando quiera. Si está conmigo será mi aliada silenciosa y si no, será el comienzo de alguna nueva etapa. Porque yo creo que la mejor manera de tratar con ella es dejarle libertad para que se mueva en tu vida sin obligarla a permanecer dentro o fuera de tu historia.


http://www.youtube.com/watch?v=ocl9tU516a8

jueves, 4 de agosto de 2011

Donde te lleve la imaginación.

Siempre quise ser una contadora de historias.Una viajera efímera que cargara en su mochila las leyendas de algún lugar mágico que sólo pocos sabían de su existencia.Una portadora de recuerdos que expresar en las páginas en blanco de algún cuaderno antiguo, que tuviera aroma a un pasado que tiñese de tonos dorados la estampa de algún recuerdo anhelando merecer la pena ser contado. No debe de haber más sensación de libertad que aquella de no saber a dónde te llevarán tus pasos, y amanecer cada día con un fondo a tu espalda diferente y puede que despertarte con el sonido de alguna melodía que no hubieses escuchado antes.Tu hogar sería el mundo y tu lecho de descanso cualquier cama que te invitase a seguir navegando en tus sueños. Enamorarte de la vida y tenderle una mano a la aventura, a la experiencia de vivir allí donde te llevan tus pies y no saber qué te deparará el futuro.Una pluma estilográfica trazaría el dibujo del camino que llevas andado y dibujaría cualquier paisaje que hubieras visto o imaginado.Podrías guardar todos los mapas y las brújulas en un cajón olvidado de tu memoria, porque no necesitarías nada que te dijera dónde vas a estar mañana. Nada que te pueda atar al suelo, para poder volar por diferentes dimensiones y ver el mundo en todas sus perspectivas.La realidad y la fantasía se mezclarían sin respetar las reglas establecidas por la lógica de los sentidos más empiristas. Y crear un cuadro impresionista de cenizas de un fénix hambriento de palabras.La receta de los acordes de un violín desafinado y una niebla en blanco y negro que oliera a un amanecer cargado de rocío. No despegar la pluma del papel y no mirar cuántas páginas llevas detrás. No aceptar consejos de nadie y dejarte llevar por la historia porque sabes que escribir es abrirle una ventana al mundo para enseñarles un mundo que jamás hubieran podido imaginar sin abrir un libro.Y que nada frene tu imaginación, porque en tu mente, los límites los pones tú.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Y éste es sólo el primer paso.

Ésta debería ser la primera entrada de una aprendiz de filósofa que se quedó entre las páginas de un libro. Pero el camino es largo y las lecciones son eternas para alguien que quiere aprender.No puedo decir mucho de mí, salvo que soy un punto y seguido en algún lugar del mapa, que quiere distinguirse del resto de puntos que marcan su ruta por la senda de encontrarse consigo misma. Y es que la diferencia marca un antes y un después en todos los pasos que queremos dar en la vida.No tengo meta fija porque tengo muchos objetivos y no hay peor cadena contra la libertad que ser una persona poco ambiciosa con sus aspiraciones personales. Quizá yo sea una soñadora utópica en este mundo o quizá simplemente una demente que da de sí su imaginación en el transcurrir de las horas del reloj, pero si de algo estoy segura es que el don de la imaginación me ha dado hoy las alas de escribir lo que estoy escribiendo en estos momentos. Soy una enamorada de la vida que aún no ha encontrado las palabras que consigan definirla sin que se contradiga y soy una amante silenciosa de la música que forma la banda sonora de mi rutina.Mi único objetivo en este blog es no tener ningún objetivo, salvo el creativo, porque darle una categoría a lo que escribo limitarían al pájaro de la inspiración y del arte de la escritura. Porque sí, la literatura es el arte de las palabras de aquel que no puede hablar o de aquél que no sabe escuchar o simplemente del pensador que quiso algún día descubrir su voz a un mundo que no sabía lo que era gritar.


Dedicado a CrisCrayCris por sugerir la entrada :)