miércoles, 7 de agosto de 2013

La inspiración siempre te pilla trabajando


Parece ser que hoy en día las musas griegas han cambiado la toga por un par de pantalones vaqueros. La inspiración es esa locura divina y ramera que se vende al mejor artista por un periodo limitado de tiempo. No sabía que era de la mía hasta ayer, cuando decidió golpearme en la frente en mi habitual rastreamiento de entretenimiento por la red. Sin embargo, mi pequeña creatividad decidió adaptarse a una caprichosa rutina que sigue a placer, porque ella no se casa con nada y menos con nadie. Las situaciones más habituales de sorprenderme son, por orden de menor a mayor transcendencia:

3:- Cuando voy en transporte público. A mi musa interior le parece divertido divagar sobre temas filosóficos mientras miro como una perturbada y con ojos de evidente inestabilidad mental a las personas que tienen la mala suerte de compartir transporte público con mi persona. Es importante señalar que en realidad en lo que menos pienso es en lo que estoy viendo, de hecho, el sentido de la vista es el menor participante en mi pequeño foro político interno ( y no tiene nada que ver que sea miope hasta decir basta). Pero es increíble que el peinado de una señora mayor pueda llevarme a pensar en cómo los díctamenes estéticos de esta sociedad nos fijan unos límites muy marcados. A veces me recuerdo a Youtube, cuando buscas un vídeo sobre algo y acabas metiéndote en un círculo tridimensional que te lleva a ver vídeos de gatitos o de cualquier chorrada que no tiene nada que ver con lo que andabas buscando. ¿Qué más da?

2:- La hora de dormir. Científicamente está comprobado que el cerebro es un cabrón. Es así, amigos, aunque seas puritano de pensamiento, tu cerebro siempre acechará para liártela. Él te conoce mejor que nadie y sabe cómo y cuándo hacerte daño. Sabe que estás aburrido y no te proporciona nada con el qué llenar las horas pero a la hora de dormir: BOOM, toma dosis de cosas increíbles e ideas inimaginables que luego te hará olvidar a la mañana siguiente. O cuando te recuerda hechos vergonzosos cuando no vienen a cuento. Si es cierto el dicho de "mantén a tus amigos cerca, pero a tus enemigos mucho más cerca" ese pequeño cabrón te sabeoteará desde donde nadie más podrá: desde dentro.

3:- Épocas de exámenes. ¿En serio? ¿Era eso necesario? Pues sí, justo cuando te estás jugando el curso universitario y el gobierno estrangula subiendo las tasas, a la inspiración le da por jugar al pilla-pilla. A veces pienso que es una espía del gobierno en un complot porque no me saque la carrera. Algún ejemplo de las cosas que me distraen de mi buena voluntad como ciudadana estudiantil y mejor persona:

* Estar estudiando la historia de algo, que una palabra me recuerde a las focas. Pensar en las focas y preguntarme cómo mierda se reproduce una foca. Buscarlo en google. Acabar tragándome documentales sobre focas. Suspender con sabiduría.

* Poner música para ambientarse. Entretenerte con la música y no concentrarse. Buscar la biografía del artista. Encontrar más canciones que no habías escuchado. Escucharlas y buscar la letra. Descargársela. Suspender con ritmo.

* Empezar a recitar la lección. Fijarte en el polvo que tiene la mesa de estudio. Darse cuenta de que más que vivir, cohexistes con un montón de porquería propio de un zulo. Buscar productos de limpieza y ordenar y limpiar a fondo tu habitáculo.Encontrar cosas que creías perdidas. Suspender con pulcritud.

* Pensar que diez minutos de descanso te vendrán bien para despejar la mente. Ponerte a jugar a un videojuego. Que los diez minutos se conviertan en una hora. Que esa hora coincida con la hora de cenar. Prepararte una cena cuya base es calórica y con cantidades industriales de cafeína y derivados. No te da tiempo de estudiar. Suspender con insomnio.

* Volver a las andadas. Planear lo que hacer después de los exámenes. Buscar información. De paso, te entra la inspiración y escribes una copla en pentámetros iambicos. Ponerle letra. Hacer una lista de cosas que hacer antes de morir. Intento de suicidio al saber tu suspenso. Suspender con dignidad.



Esto es todo por hoy, amigos. (Se oye al pájaro loco)