lunes, 31 de diciembre de 2012


Hace mucho que no escribo algo propio y aunque parezca mentira, tengo un montón de historias a medias y proyectos en almíbar en los borradores pero ahí están: esperando una oportunidad de ser continuados y expuestos. Es la última entrada de este año y casi que me gustaría hacer una reflexión sobre todo. No sé que esperarán los demás del próximo año, pero yo tengo claro que no espero absolutamente nada y creo que es una actitud lógica. Años y años deseando poder hacer esto o lo otro, que el siguiente año fuera provechoso o divertido, para mí ya dejó de tener sentido. No es que no me proponga objetivos que cumplir, sino que trato de encajar esos objetivos y con ellos, las esperanzas de cumplirlos dentro de mis propios límites. En cuanto a deseos, nada material satisfaría ninguna necesidad propia por lo que tiro de un cliché algo usado y prefiero que estén bien aquellos a los que quiero. A medida que crezco y también por el hecho de estar lejos de aquello que llaman hogar, las Navidades y sus celebraciones han dado un giro semántico. Disfruto enormemente de pequeños detalles como el café de cafetera, las comidas caseras de mi madre, las ocurrencias de mi hermano y cómo tomé la decisión correcta al irme del pueblo donde nací. A riesgo de ser denominada perroflauta, he de admitir que cada día me asquean más el estilo de vida ostentoso y el simple interés económico que muchas personas profesan como estilo de vida. Estoy segura de que, aunque creo en el destino de manera ciega y utópica, también creo en tejer tu suerte por tu propia mano. Siendo positiva y recordado a, irónicamente, ese olvidado año 2012 en el que aún nos encontramos, que me siento cómoda con Madrid y con las personas que he conocido allí y a las cuales les debo absoluta gratitud. Es difícil hacer balance de un año cuando cada momento tiene sus altibajos pero soy agradecida y considero que ha sido un buen año pero todo se puede mejorar. En esto que estoy me da por pensar ¿por qué seguimos las mismas pautas de esperanza cada año?¿Acaso no nos bastan las decepciones que nos llevamos con todos esos propósitos? Pues sí, la esperanza es fuerte cuando se forja y frágil cuando se rompe. Querido próximo año cuyo número no me gusta: sorpréndeme y dame la receta de la felicidad, en lugar de darme felicidad a medias.


Productivo y Sorprendente Año Nuevo para todos.



Imagen de Devianart by Abakum.

martes, 20 de noviembre de 2012



                                                 De la curiosidad nacen personas con alas 
                                                 Vuelan en alguna estrella del cielo ámbar
                                                 cuando pasan las ideas y las alcanzan.
                                                 Avanzan tranquilas, meciendo el sueño
                                                 cada aleteo en el viento, les hace ligeros
                                                 flotan como una pluma en el pensamiento
                                                 si trata de llamar sinceros recuerdos.
                                                 Vuelo tranquilo en el cielo ámbar
                                                 descansan mis manos sobre mi almohada
                                                 y en mi regazo fingía el gato que dormitaba
                                                Se fue de mi lecho, yo no lo esperaba:
                                                una fría noche o de madrugada.
                                                Ahora sueño despierto, sobre mi almohada
                                                esperando a las horas, cuando me llaman.
                                                Una mañana fría a mis alas amaba
                                                la curiosidad tranquila al gato mataba.
                                                Ya no supe quién o dónde me hallaba
                                                pues ya no volaba en aquel cielo ámbar.
                                                

Auf der Suche nach der verloren Zeit


-¿Alguna vez has pensado en la muerte. 
-Es difícil no pensar en la muerte, después de todo es algo que nos va a tocar queramos o no. 
-No sé... te veo muy fuerte. Tengo curiosidad sobre que haría una persona como tú con algo más fuerte que ella.
-¿Qué piensas hacer cuando me vaya? ¿Me enterrarás bajo una lápida de mármol que lleve mi nombre?-¿Y qué si no?¿Prefieres que te incinere?
-No, dona mi cuerpo a la ciencia.
-Jajajaja, ¿en serio?
-¿Qué? Es menos absurdo que encerrar mi cuerpo en una caja de pino y condecorarlo con una piedra matriculada. No quiero ser otro cadáver en el cementerio y no me gusta saber que abono la tierra con una tumba marmórea. Además, esos rituales que hacemos a los muertos...no los entiendo. Quiero decir, son ceremonias tan arcaicas y tan prescindibles que no le veo apenas sentido de por qué celebramos una muerte con un entierro en lugar de celebrar la vida con una fiesta.
-No creo que al muerto le haga gracia un guateque en pleno entierro. Pero, ¿y qué si no?¿por qué donarlo a la ciencia y no incinerarlo?
- Porque quiero pagar todos mis pecados karmáticos con una buena acción y así mi muerte no sería un simple trámite burocrático sino que tendría una función objetiva. ¿Quién sabe? A lo mejor uno de mis órganos ayuda a curar a un descendiente tuyo y tú no podrás agradecérmelo porque estarás demasiado ocupado desinfectando las flores que te mandan aquellos a los que nunca importaste en vida.
-Ay, Marina, no quiero saber qué haría yo sin ti si te fueras.
-¿Qué vas a hacer? Yo te lo diré: cásate con una mujer sumisa y complaciente, justo lo contrario a lo que yo soy. Ten los hijos con ella que conmigo no tendrás y si tienes una hija, ponle mi nombre. Háblale de mí, inventa de mi vida una leyenda y explícale que fui siempre a contracorriente, un genio incomprendido de mi tiempo, una bohemia de las de antes. Dile que me quisiste, que yo a ti también te quise, que nos quisimos al completo, salvo cuando discutíamos; sólo entonces nos queríamos una media más de lo que ya lo hacíamos normalmente. Y recuérdale que nos pasábamos las noches bajo el ocaso hablando de cosas tan banales como la muerte.

jueves, 1 de noviembre de 2012

La solidaridad viene tras un fajo de billetes



Soy de esas personas que creen que las opiniones a veces se dan cuando nadie las pide. No creo que a nadie le interese saber la opinión de alguien como yo, que por mucho que me guste contradecir y argumentar, no tengo una idea de las cosas lo suficientemente "diferente" como para sentirlo único y crear una escuela filosófica que lleve mi nombre. Dado cómo avanzan las cosas a una velocidad de vértigo en cuanto a los avances tecnológicos, quizá en un futuro no muy lejano los blogs serán los "journals" o diarios de muchos escritores contemporáneos a ese tiempo. Hoy, por ninguna razón especial (cuando las cosas vienen porque sí, así es como me gustan a mí las reflexiones) he pensado un poco en el mundo de la fama. Debido a la amplitud de este tema, me limitaré a lo mal que me sienta la supuesta "solidaridad", la cual pongo en duda, de la que muchos famosos alardean. ¿Cuántas veces no hemos oído campañas de famosos incentivando al ciudadano de a pie que done dinero para x causa? ¿O conciertos solidarios, venta de merchandaising caritativo y demás estratagemas? Sinceramente, a mí me repatean el alma estos comportamientos cuyo único fin es favorecer positivamente la fama y la opinión social del personaje aludido. Puedes ser un personaje de moral "distraída",alcohólico, drogadicto o frecuentador de prostíbulos, que si te "solidarizas" con una causa, tu cara repartirá panfletos sobre lo bondadoso que eres en el fondo. Y con ello, aclaro que esta solidaridad es una pancarta comercial para que nuestra consumidora sociedad hunda el hocico como tanto nos gusta. Defino, por tanto, que la solidaridad se ejerce todo el año, no durante catástrofes naturales o campañas periodísticas puntuales. Recuerdo el caso de Haití y Japón, sucesos no muy distantes en el tiempo. El tema de Fukushima, no sólo afectó al tema del terremoto, sino también abrió un debate sobre las energías nucleares y las centrales que la crean y que tantos dolores de cabeza dieron a los habitantes de la zona. Cuando pasó lo dicho anteriormente en Japón, las autoridades no tardaron ni unas pocas horas en ponerse manos a la obra para reconstruir de nuevo el lugar. Sin embargo, Haití contaba con muchísimos menos medios y después de meses tras el terremoto, la gente aún contaba con problemas en las infraestructuras y los cadáveres seguían pudriéndose por las calles. Los famosos de la parrilla Hollywoodiense y cantantes de renombre, donaron cantidades de dinero (a mi parecer, ridículas, teniendo en cuenta el sueldo medio de estas personas) a Japón y lanzaron campañas "solidarizándose" con lemas como "Pray For Japan" ( aunque, a mi parecer, la fé poco tiene que ver con esto) y sacando camisetas u organizando conciertos para la ayuda a esta potencia mundial. Con esto, no quiero decir que Fukushima no mereciera la ayuda internacional ante semejante catástrofe, más bien opino que Haití mereciera si no el mismo trato, al menos un poco más. Pero, que yo recuerde, no hubo tanta espectación con este país, ya hundido en la miseria de por sí, como con una potencia tan importante como es Japón. ¿Qué es lo que ocurre entonces? ¿Acaso no podemos permitir que un consumidor tan importante como es Japón caiga, pero los pobres como Haití ya más pobres no pueden ser? Y claro, ni hablemos de estas supuestas campañas. Primero, para reclamar al ciudadano medio que done dinero para una causa justa, creo que se debería empezar por el famoso en sí y donarlo él. Y con donar, me refiero a una cantidad importante, porque una persona que dona un millón teniendo tres, no le supone ni la mitad de su sueldo. Cuando uno de estos famosos comience a dar un dinero que le suponga no llegar a fin de mes tan holgadamente o que no pueda pasear al perro en descapotable, comenzaré a creen en ellas. Segundo, ¿por qué se le pide dinero a un ciudadano de clase media? ¿no tiene bastante una persona estándar con ganarse el pan, pagar facturas y llegar a fin de mes? En mi opinión estas promociones tan particulares se deberían hacer entre sus propios círculos: futbolistas, cantantes, artistas, actores... porque una persona, digamos, normal, no puede dar ni una tercera parte de lo que estas otras podrían dar de una sentada. Y por último, la más ridícula de las campañas: crear una camiseta, donar algo usado y firmado por el famoso... etc, para que la gente puje o la compre y destinar el dinero. Este ya es el colmo, porque por mucho que sirva para un fin, no dejan de vendernos sus nombres, sus bandas, sus logos y así sacar tajada y hacer negocio del sufrimiento de los demás. Así que, como entre tantas cosas, quizá deberíamos leer la letra pequeña y de esta, leer entre líneas, de lo que nos intentan patrocinar bajo una máscara de falsa humanidad.




La imaginación es el proceso más absoluto del pensamiento. Allá donde vayas, pone alas al viento, colorea los días grises y abre una ventana en el tiempo. De todas las cualidades del ser humano, la imaginación es la más poética. Es ver el universo de una persona visto a través de sus ojos y darte cuenta de que quizás el mundo no es como lo vemos, sino como lo pensamos y lo creamos.




domingo, 14 de octubre de 2012

En presencia de un extraño



Una casa en medio de grandes edificios y que grita en silencio en medio de la ciudad abre sus entrañas a través de una ventana que da a una estrecha calle. Por ella, se escapa el humo de un cigarro encendido en un sombrío despacho, cubierto de papeles y tinta negra por doquier. La oscuridad da tregua a la vista y deja entrever la silueta de una máquina de escribir junto a un viejo contestador cuya cinta comienza a ponerse en marcha. No hay nadie allí que pueda ver ni oír nada. El pitido da la señal y se oye la voz de una mujer:

" Llevo días sin verte y sin escuchar tu voz. No quiero más mensajes escritos, llámame y dime por favor que le darás una oportunidad a mis oídos de volver a escucharte."

No hay nombres, son extraños anónimos. Tampoco un saludo de introducción, propio de aquellos que se conocen tanto que no necesitan fórmulas de cortesía y van directos al grano. En alguna parte del mundo, hay una mujer desesperada tras el teléfono. Y los mensajes, como los días se van sucediendo:

"La angustia está dejando paso al miedo.No recibo respuestas, no recibo señales. Este mundo está muerto sin ti. Querido, no te esfumes como el humo. Al menos, no te esfumes sin mí. Te acompañaré hasta el fin"

El tiempo borra las huellas de vida, el silencio las del sonido y un frío velo va secando el rastro de tinta sobre los papeles. Pero alguien no se da por vencido, alguien en ese mundo aparte de ahí fuera, sigue esperando una respuesta que los meses le han negado:

"No me gustan las despedidas y no aceptaré una tuya. Mi mundo se ha hecho pedazos, releo tus cartas tantas veces que las lágrimas han borrado tus palabras del papel. No hay ni una sombra de ti sobre esta ciudad, pero sé en el fondo de mi corazón que no huirás sin responderme. Eso no sería propio de ti, y no esperarte tampoco de mí. Seguiré aquí por los dos"

Los relojes de aquella casa han dejado de latir y sus campanadas ya no se oyen ni en el inframundo. Dos cigarrillos encendidos sobre el cenicero hacen su función de incienso y llenan la casa del humo familiar del principio.La silla mira a la ventana esperando lo que sabe que va a ocurrir. Un último mensaje acude al viejo contestador, que poco a poco se queda sin cinta:

"Es curioso como hoy me pareció verte y ya casi te diría que te veo en la cara de cada persona. Mi habitación se hace pequeña para una persona y añora a otra que no está aquí. Lo conseguiste, me di por vencida. No tanto por ti como por mí, o quizá fue por los dos. Por mucho que no quiera, volveré a verte. No en persona, por supuesto, pero sí en cada ventana, en cada calle, en cada mirada que se cruce con la mía en alguna parte. En alguna parte donde yo ya no esté. Mucha suerte, querido, allá donde te encuentres"

El último pitido es el grito sordo de alguien sin presencia. Uno de los cigarrillos se tambalea y cae sobre el reguero, ya seco, de tinta. El humo se hace denso y comienzan a brotar pequeñas llamas que consumen todo a su paso. En menos de unos minutos, el fuego se ha extendido, borrando la presencia de alguien, si es que alguna vez la hubo.



viernes, 12 de octubre de 2012

Hablando del amor



A veces, creemos saber cosas que no sabemos y otras veces no sabemos cosas hasta que otra persona nos dice que las sabemos.

martes, 9 de octubre de 2012



Tú me das las alas y haces que volar sea alcanzable. El cielo ahora es necesario, cabe en la palma de mi mano y me abraza el viento en su letanía. Quisiera ser parte de una historia que no tiene final. Quisiera que en ese no - final, sólo estuvieras tú. Y de todas las cosas que pudiese querer, quisiera mis alas me llevasen a un no-final junto a ti.

jueves, 4 de octubre de 2012



Creo en los silencios cómodos, los cafés por la mañana,las noches eternas. Creo en disfrutar la soledad, pasear por tu destino, tener siempre objetivos nuevos. Creo en las buenas personas, los largos viajes, en perderse y encontrarse. Creo en las buenas intenciones, las ganas de hacer algo, improvisar tu vida sobre la marcha. Creo que no existen límites, que las fronteras son un espejismo, que los países son sólo tierra. Creo en probar los distintos sabores, ver los distintos colores, soñar la vida desde diferentes perspetivas. Creo en sentir, disfrutar, llorar cuando te apetece, gritar cuando no puedas más. Creo en no dejarte censurar nunca, en ser incontrolable como el aire, en no tenerle miedo a nada, ni a nadie.

miércoles, 3 de octubre de 2012

"Reality is for people who lack imagination"



Me gusta escuchar a la gente hablar de algo que le apasiona mucho. Y me gusta, además, cuando esa pasión es compartida. Cualquier clase puede ser más amena o más aburrida dependiendo del arrastre descorazonado que el profesor predique en ella. La clase de literatura, en lo poco que he podido juzgarla, me parece preciosa. Dejando a un lado mi profundo amor por este arte, el profesor consigue trasladarla a otros mundos. Por citarle (traducido en español) lo que dijo en clase:
"El lenguaje es cómo caminar, cuando empiezas a hacerlo es con el objetivo de llegar a alguna parte. Sin embargo, la literatura es cómo bailar, puedes ir de un lado para el otro, saltar, dar vueltas y ser creativo, pero sin tener que llegar a ningún lugar en concreto"
No me gustaría que este blog se convirtiera en un diario personal, nunca he llegado a acabar ninguno. Siempre lo dejaba porque pensaba que mi vida no era lo suficientemente interesante como para ser conocida. Pero, algunas veces, conoces a gente que tiene mucho que decir y poca es la gente que quiere escuchar. Y para estas cosas se crearon los libros, la literatura, el arte, la música. Todas ellas inventadas para liberar la mente de las imagenes que nos creamos. Y siendo sincera, yo la prefiero sobre todas las cosas. "La realidad es para la gente que carece de imaginación" leí no hace mucho en una de esas imágenes que te encuentras casualmente por Internet. Es así como yo lo veo, es así como quiero seguir viviendo. Nadie puede perturbar tu mente, franquear las fronteras. El único arquitecto de ella eres tú, lejos de cualquier contaminación del mundo al que llamamos "realidad". Muchas veces soportamos lo que hay ahí fuera porque tenemos lo que hay aquí dentro. Y sin más pretensiones, ese es el concepto,la recomendación que yo le daría a todas las personas: Creo en la belleza de las cosas y creo en la magnitud del pensamiento.


lunes, 1 de octubre de 2012

Guardian of Celts song




A veces el corazón es sólo un descuido.
¿Por qué me dejaste, amor, tan perdido?
Sí no verte más fuera el único  castigo...
pero tan sólo es la llama que inicia el olvido.

Me ves con los años, corazón en mano,
esta pena, mi amada, no ha sido en vano.
El reloj congeló los sueños templados,
en la sala de espera de algún reliquiario.

Fue tu alma un disparo en bala perdida
y la única aguja que henebra mi herida
programaba mi aliento en las noches prohibidas
con un desaliento de dama cohibida.

Los pasos borrados por huellas ajenas,
camino desorientado buscando la arena
cambio todo lo que tengo por estar con ella,
¿compras mi pena, tú, mi estrella?






Las cartas del silencio



Una vieja caja negra se escondía debajo de la cama de Agatha Rogers. A pesar de sus años, aquella caja era cuidada con todo el esmero y el tiempo que aquella anciana podía darle. Dentro guardaba ordenadas todas las cartas que su marido le había escrito desde que se conocieron. Ahora, y siempre que tenía un rato, se sentaba, abría la caja y paseaba sus dedos por las líneas de aquellas hojas que le traían tantos recuerdos.
Aún rememoraba como se conocieron. Ella trabajaba en un pequeño bar/restaurante donde servían una variedad de palitos de cangrejo que no se encontraban fácilmente en cualquier otro bar de la zona. Henry llegaba, se sentaba y pedía una copa. Luego, buscaba cualquier excusa para entretenerla a su lado. Desde luego, la primera impresión que le causó a Agatha fue que, o aquel hombre era muy charlatán o tenía muchas cosas que contar. Le hacía muchas preguntar, que ella declinaba con simples monosílabos. "No eres de muchas palabras, ¿eh? No importa. Hablaré yo por los dos" fue lo que le dijo. Y comenzó a hablarle de lo que más le gustaba: la pintura. A pesar de ser un soldado, le encantaba pasar su tiempo dibujando y se le daba muy bien. Pasados los días, él trataba de invitarla a bailar, pero ello se negaba siempre. Una mañana, Ágatha estaba en el jardín de su casa cuando llegó Henry. No se sabe cómo había averiguado dónde vivía, pero venía para despedirse. Se iba a la guerra. Agatha sólo tensó los labios. Le preguntó, casi susurrando: "¿Qué pasará si no vuelves?" y como respuesta, él le dio su cuaderno de dibujo."Es una deuda. Tendré que volver si quiero recuperar mi cuaderno".Y en medio del jardín, se dieron su primer beso. Después de aquello, fueron años tras años de cartas.

<<Mi querida Ágatha, el tiempo es frío y en un día como hoy, es cuando más echo de menos un abrazo tuyo...>>

Las cartas se hacían cada vez más cortas como un presagio de lo que ella encontraría cuando el volviera. En efecto, los horrores de la guerra volvieron a Henry un hombre callado, distraído. Se casaron en una pequeña iglesia, sólo ellos dos y los testigos. No necesitaban a nadie más. Con el paso de los años, su marido se encerraba más en su mundo. Pasaba tiempo en el sótano, dibujando o arreglando pequeñas piezas del coche  y a penas veía la luz del sol. Era casi como estar con un fantasma, un espectro de la guerra. Agatha sentía no poder ayudar a su marido, así que retomaron la vieja costumbre de las cartas y así, él le escribía y las dejaba donde ella menos lo esperaba. A veces, las pasaba por debajo de la puerta, otras veces en el tocador, entre las flores... y así ella evitaba  perder a su marido. Ganando la batalla al tiempo, envejecieron juntos y ahora, frente a sus cartas nota un pedazo de él en cada una de ellas. Después de leerlas, las vuelve a guardar, ordenadas y con cuidado, como si fueran su mayor secreto, y vuelve al salón. Apoya la cabeza en el hombro de su marido y piensa que quizá las cartas contarán su historia a aquel que quiera leerla... cuando ellos ya no estén.


martes, 11 de septiembre de 2012

-"Los escenarios son siempre los mismos, sólo varían los actores".



Cambios. Para mí, son una señal, una puerta abierta a una nueva etapa de la vida. Es una manera de que el destino te diga que tienes que crecer, que tienes que amoldarte a las situaciones. Está en el ser humano el instinto de sobrevivir, pero, ¿somos capaces de sobrevivir a nosotros mismos?No sé exactamente qué es lo que nos pone estas pruebas, si la vida en sí o nosotros mismos, pero lo que sí tengo claro es que lo que se consigue de ella es experiencia. Para bien o para mal, la necesitamos para no tropezar con la misma piedra ni para andar siempre perdidos en el mismo camino. Tomar la decisión de elegir una vía u otra, de dar la vuelta, de volver a empezar... en este caso, es el ser humano quien tiene la opción. Pero no todos saben decidir qué hacer cuando se enfrentan a un cambio o a una nueva situación y es porque no poseen valentía. No poseen valentía para soñar y dejarse arrastrar por los sueños hasta sus últimas consecuencias, aunque haya que soportar vendabales y tormentas, vientos, lluvia, calor y fuego.Porque nada en esta vida se debe dar por hecho, has de trabaja, has de levantarte sobre los dos pies y decir ''esto es lo que quiero'' porque quieras o no el destino castiga a los cobardes.Y los cambios no son más que un examen para ponerte a prueba y saber si tienes el pulso de rebelarte contra las cadenas que te impiden volar.Y después de haberme flaqueado las fuerzas, nunca he dejado de andar.Porque dar la vuelta y volver por donde has venido nunca es una buena opción;Tirar todo el recorrido por la ventana y volver a desgastarte los pies en caminar lo que ya habías andado. Y el tiempo apremia por lo que simplemente no puedes desviarte del camino y sentarte a esperar. Tienes que ir a por él. Y si viene la lluvia, te llevas un paraguas. Y si viene el viento, te pones una chaqueta. Y si viene un vendabal, te refugias en algún lugar. Pero no dejas de andar. Las situaciones cambian y a veces cambiar es necesario. El mundo es un constante cambio y sólo los que se quedan igual son los que no sobreviven a la batalla contra la rutina. Pero lo que hace que conserves la personalidad es la esencia. Aunque una flor esté marchita sigue siendo una flor y no un animal, ¿verdad? La esencia de personalidad, la característica que te hace prevalecer a los más grandes cambios de todo. No es algo fácil de identificar y si he de ser sincera, pocos saben definirlo con palabras y decir cuál es su esencia, pero estoy segura de que cualquiera que lo percibiese sabría de qué estoy hablando.


Conspiración de un apocalipsis


No se sabe cómo, ni cuando, pero en un momento incierto de la historia alguien empieza a dar pasos por sí mismo. No hay detalles de nada, pero ella, sabiéndose protagonista, no necesita más. Por supuesto no es dueña de los acontecimientos y mucho menos puede predecir lo que puede pasar en aquel mundo surrealista. Si hubiera de ponerle un comienzo, diría que todo empezó con la extensión de un virus. El virus, innombrable durante todo el transcurso de los acontecimientos, se ciñe a generar una enfermedad que convierte a los seres en terribles monstruos semejantes a licántropos, pero aún poseedores de las caracterizaciones humanas.
Casas pequeñas y viejas y un extenso campo dorado se abre en una tarde perfecta en aquél lugar intocable donde no se siente el viento, el calor o el frío. Pasos acelerados, uno tras otros, aire ligeramente tenso y un pequeño grupo de chicas (entre la que está la protagonista) huye de una de las criaturas semi-licántropos que deja ver lo que anteriormente pudo ser una más de ellas. Es curioso que de lejos, la escena parece una irónica representación de un juego de niños, en los que uno debe "cazar" al resto del grupo para cederle el puesto de "cazador". Hay forcejeos,una especie de dulce terror en el corazón de la protagonista, cuando lucha con aquella indomable criatura. Es herida en las muñecas y en aquel momento, sabe que está perdida. Se deshace de la criatura, que ya está oliendo la carne de alguna de aquellas chicas y relame sus dientes como si pudiera ya saborear la textura de su sangre. Una estampida enorme de aquel grupo baja por una cuesta de larga distancia y la protagonista no puede dejar de mirar sus muñecas. Según ha visto, por desgracia, en las personas que se volvían semi-licántropos, no tardaría nada en formar parte de aquella jauría de monstruos y sin embargo, pasa el tiempo y ella está intacta; Ni siquiera las heridas sangran, como si estuvieran trazadas por un lápiz rojo. La noche cae de golpe sobre aquella calle y alimenta el aliento de aquella criatura, acelerando el ensordecedor pulso acelerado de sus posibles víctimas. Estratagemas en equipo, llegan a esquivar a la semi-licántropo en una de las pistas de fútbol con las que termina la calle y en ese momento se dan cuenta de que la noche es una gran aliada. Tras despistar al monstruos, la protagonista recorre con cierta precaución la calle que hace de cruce, pero no puede llegar muy lejos. Inexplicablemente, muchas de aquel grupo han desaparecido y sólo quedan tres. Al girarse para mirar el porvenir de su rumbo se encuentran con unos esbeltos humanos de piel pálida y colmillos afilados. Las agarran a las tres por el cuello y se disponen a alimentarse de la vena del cuello de aquellas muchachas, pero el chico que sostiene a la guía de esta historia se detiene a medio camino de su objetivo. Un fino colgante en forma de crucifijo girado pende del cuello de ésta, a pesar de que ella no recuerda haberlo llevado en ningún momento. Antes de que llegue el crepúsculo, ya se ha obtenido un acuerdo de fraternidad con aquellos que sufren vampirismo. Sólo un fino muro en medio del cruce los separa de los muertos deambulantes que recorren con sórdida paciencia las calles en su procesión mortuoria desde el cementerio. Con la misma rapidez con la que el manto nocturno se cernió sobre la cabeza de la protagonista, el apabullante amanecer abre las puertas del sol y anuncia la llegada de la mañana. Todo es blanco, lleno de cables y tecnología futurística. Personas del sol naciente con batas blancas y carpetas bajo el brazo desactivan a todos los licántropos, los vampiristas y los muertos deambulantes. Reclutan a los supervivientes, donde sorprendentemente la mayoría son niños. Los clasifican en departamentos y los enfundan en colores según el rango. Y nuestra protagonista, azul. En medio de desconocidos. En medio de una cadena de montaje.


De la serie: Surrealismo de lo Onírico. Historia 1

jueves, 23 de agosto de 2012

Memory Necrosarium



Si pudieras meter un recuerdo en una cápsula del tiempo, ¿qué meterías? o lo que es lo mismo, ¿qué merece la pena recordar? ¿qué momentos de tu vida son lo suficientemente valiosos como para preservarlos de la amenaza del tiempo?
La memoria y la huella que dejamos en la vida parece constatar una de las grande preocupaciones del ser humano. No olvidar a los que queremos, que los que queremos no nos olviden. Es por eso que quizá, descubrir una de estas pequeñas piezas en el jardín de la antigua casa de mi madre fue para mí abrir una brecha en el tiempo y así poder tocarla, aunque fuera ligeramente con la punta de los dedos. Poco he sabido de ella desde que murió cuando yo era aún una niña de dos o tres años. Mi abuela siempre la odió, por eso evitaba hablar de ella y mi padre no quería volver a abrir una brecha que costaba cerrarse con los años. Nada he sabido de la familia de mi madre; el lazo se rompió con su marcha. Sólo conservo una foto de ella en la que aparece sentada leyendo, a contraluz de unos ventanales demasiado grandes para mi gusto. Contemplar aquella foto era como mirarse un espejo roto; a pesar de que me parecía bastante a ella, no era ni una ligera silueta de lo hermosa y elegante que se veía ella en aquel pedazo en blanco y negro. Al contrario que mi madre, yo llevo el pelo corto, negro y alisado con toda la paciencia del mundo. Unos ojos azules siempre enmascarados de negros, y siempre vestida de colores oscuros que me hicieran no destacar demasiado. Si tuviese que ser sincera conmigo misma, diría que soy bastante masculina. Sin embargo, la figura de mi madre se refleja como la de un cisne: pura, blanca y elegante.El pelo largo y castaño claro caía ondulado sobre un lado de su cara y solía vestir con colores pasteles y muy brillantes.Pero volviendo a la caja, debería empezar por contar qué me llevó a ella. No tener pistas de quién fue la mujer que te dio la vida suscitaría la curiosidad de cualquiera pero, ese, no fue mi motivo. Tantos años de evitar mencionarla frente a mi abuela y mi padre, me habían llevado a la conclusión de que quizá ella no mereciese la pena ser conocida. Sacar a la luz las cenizas quizá desenterraría con ella el hacha de guerra en una familia que no se sostenía por sí sola. Siguiendo con el curso de los acontecimientos, el viento sopló por una vez a mi favor y nos llegó una carta por la cual el ayuntamiento de la ciudad pedía permiso para destruir la vieja casa de mi madre. Mi padre quiso zanjar el asunto, pero yo sentía que aquella casa, y con ella mi madre, necesitaban una segunda oportunidad. Así que le dije que no contestara hasta que no supiéramos si algo de valor se encontraba todavía en la casita, cosa que él dudaba. Pero poco podía yo imaginar que lo más valioso del mundo iba a encontrar a allí: los recuerdos, la verdadera historia de Holly, mi madre. 

domingo, 15 de julio de 2012

The limit does not exist 1



Siempre que me alguien me pregunta: <<¿A qué te dedicas>> siempre respondo lo mismo: A la vida. Después de esta respuesta tan confusa, la persona en cuestión pensará quejosa en una serie de profesiones a las que acatar dicho término. Pero lo que no saben es, que detrás de esa afirmación no hay ninguna metáfora.¿Quién no ha pensado alguna vez en la muerte? Pero, ¿hay alguien que haya pensado en la vida en sí? Te preocupas por la muerte y aún no ha tocado a tu puerta. Las personas son seres curiosos. Dedican toda una vida a prepararse para otra de la que no están seguros de su existencia. Todos esos ritos de llevar una vida dedicada a Dios, a la moralidad, al altruismo... para sanar las heridas de un alma que se supone que es inmortal. Pues bien, yo no debería ser una excepción. Después de todo, yo también quiero una vida longeva, un recuerdo en aquellos que estarán donde yo ya no podré. Y todo ello siguiendo una serie de pautas que yo me he saltado desde el principio de los tiempos.Ya no sigo las señales, ya no me preocupa buscar un camino. Un día, simplemente te hartas de todo, te quitas los zapatos y echas a andar. Curioso, ¿verdad? Siempre hablamos de caminos y no nos damos cuenta de que en realidad las vistas son más amplias. ¿Ves los caminos? Yo sólo veo una gran explanada que abre los brazos delante de mis ojos. Si miras hacia atrás, el pasado, hacia adelante, el futuro. Pero yo no consigo distinguir la línea que los separa. Una vez caminando por la explanada te da por pensar en muchas cosas. Lo primero que pensé es que la vida y la muerte se parecen mucho. Tendemos a verlas como antagonistas y casi no nos damos cuenta de que una está incluída en la otra. Así de simple. Cuando nacemos lo vemos todo oscuro hasta que chocamos con la luz que sale de la sala de un hospital y cuando morimos ¿qué vemos? Una luz blanca al final del túnel. O eso dicen. Pero, están claros los paralelismos. Después de eso, se me daban opciones. A la explanada le seguía un prado enorme y verde, salvaje y hambriento de calma. ¿Qué puedo hacer?¿Qué debo hacer? Cuando estas dos preguntas te asaltan y tienes que elegir la pregunta que te lleva a la respuesta. Y no al revés. Ya se sabe: "La respuesta no es correcta porque no haces las preguntas adecuadas". Como yo iba caminando sola, yo tomé la decisión de adentrarme en el prado e ir alternando la ruta que ya iba dejando tras de mí. Muchas personas van acompañadas de otras que les dicen dónde ir, pero como no era mi caso, me sentí afortunada. Era casi mágico ver que todo aquello no había alterado ni un poco las plantas de mis pies. Me sentía tan ligera, que volar se me acababa de hacer una idea alcanzable.Una cascada barría gloriosa todo el prado y, para mi decepción, se abría serena a una tormentosa y desértica cuesta arriba. Me sentí furiosa. Muchas personas me hablaban de un paraíso tras la cascada, ¿qué había pasado con el mío?

Ghost Ship (Resubido)

by ~JoC1 , found on Devianart
"Esta es la llave de la eterna serenidad, la lentitud y la melancolía.Ralentizando el pulso y recuperando viejas glorias podría decir que se aprende más caminando perdido que caminando con una venda sobre los ojos. Y, aunque la esclavitud a la que me someten tus palabras dejan surcos en mis venas, te libero de tu cárcel para que seas libre de hacer lo que quieras"


 Polinizando las viejas heridas, incrustadas en las escamas que aparecen como escarcha en los lagrimales, debo entender lo pasado como la corriente de un río difícil de navegar.Quizá arrastrarse sobre la suave melodía de un blues, y dejar que tus piernas se duerman en el suave balanceo de un pentagrama (ya roto por las noches en vela y las historias sin terminar).Lo único que interrumpe la música es el eco de la risa de alguien que desesperó su último intento de vivir una vida normal. Creyendo, iluso, en el olvido de los arrepentimientos y en un nuevo comienzo. El humo aturde las mentes de todos los pasajeros que se embarcaron en él. Un pasaporte a un gigante encallado en las profundidades, ese humo que tiñe de blanco y negro el aroma del oleaje y te hace pensar en la muerte salina. En el restaurante del barco, la gente brinda y bebe de un trago del pozo de las decepciones para poder encontrar la anestesia a su dolor. Porque...sólo hay un tipo de dolor.El capitán del barco zarpó rumbo a un destinatario que el mapa no pudiera señalar y los pasajeros se tomaron al pie su decisión. Lástima que el gigante no pueda volar, aunque para navegar por el centro de la tierra no se necesita ni siquiera un ancla que pare tu destino en las coordenadas de algun radar. Cada giro del timón es otro destino cancelado en busca de algún sendero para expulsar a algún desafortunado pasajero errante, y así, enfrente los miedos que pensó que no tendría que enfrentar hasta el final de sus días. Después de celebrar el estrambótico baile de máscaras , se oían las risas de sus bailarines que danzan intercambiando parejas al son del canto de las sirenas de ojos rojos y corazón negro. Se decidió tomar la velada siguiente para dormir de pie, con los ojos abiertos, unos enfrente de otros para despertarse en caso de evacuación. Y si aún te preguntas cuál es mi papel en esta historia, te diré...soy el polizón, el único tripulante del barco que no puede ser desterrado de él,. Soy un alma vendida al diablo y encadenada a sus chirriantes rumbos...a merced del aire o a merced del mar.

El último guerrero en pie





Cada día las fronteras se cierran más sobre mí, asfixiandome, enroscadas alrededor de mis pulmones, sacándome el poco aire que me queda para luchar. Nunca tomé la rendición como vía alternativa, pero tomé el agotamiento de esta guerra como mi propio castigo, como arma de destrucción masiva. El campo vallado de minas se convierten en las cuerdas tensas de un circo de canciones sin acabar. Calló mi casco sobre mi brazo, y mi cuerpo sobre mi caballo, atravesado por las flechas de los jinetes decapitados en la corte del juicio final. Y si el apocalipsis de mis últimas tormentas besa mis labios con sus venenosas trampas, tendrás al último moribundo que juro lealtad al rey de los ladrones de almas. Mi vida se arrastra transformandose en diapositivas ante mis retinas, que retienen las lágrimas. Y agarraré la mano de mi amada dama, para decirle que he muerto defendiendo una causa que era sabida que iba a ser perdida. Es imposible vencer cuando peleas con las manos desnudas mientras  tu enemigo apunta a tu vida con cañones que escupen el fuego del infierno por sus bocas redondas. <<No, no llores por mi, te esperaré allí donde me lleven los espíritus, a otro mundo de almas que no supe defender y por fin...por fin estaremos juntos, pero en otra vida.>> 

sábado, 14 de julio de 2012

El tren nunca llega a la hora exacta



Una maleta en la mano es todo lo que necesitaba para borrar sus huellas de cada lugar del que partía. En ellas se decía que llevaba los recuerdos de sus anteriores vidas y otros muchos aseguraban que las maletas iban completamente vacías. Cogía el tren de ciudad en ciudad y su estancia era tan efímera que apenas algunos recordaban su presencia.Era un filósofo. Era un poeta. Era un vagabundo de la vida y un mendigo de la libertad. Lo era todo y no era nada. Se fusionaba con el viento, los colores, los paisajes. Defendía sus ideas de la vida con tal firmeza que podía comprender las opiniones diferentes, tal vez indiferentes, que tenían sobre él. De dónde venía o a dónde iba no entraban dentro de sus preocupaciones. Nunca pretendió ser una leyenda, pero lo cierto es que sus historias quedaban escritas en cada cuartilla que escribía, en cada canción que componía, en cada cuadro que pintaba. Y la razón le llevaba a la locura y a la inspiración. Nada más llegar a la ciudad, visitaba el cementerio. Su musa le había condenado y bendecido con una errante soledad entre los páramos de países desconocidos porque quizá ella había muerto, pero seguía con él. Cuando se levantó y recorrió el tren, quizá por última vez para abandonarse a los brazos de su nívea esperanza, llegó al último vagón, donde descansaban los músicos oxidados. Genialidades de los pentagramas, creaban la bohemia de una sintonía desesperada para acallar el grave ruido de la locomotora. No sabía en que época vivían, ni en que época habían estado, simplemente creían que se habían reencarnado muchas veces en vida, y que quizá la muerte era el fin de esos viajes en el tiempo. El poeta, lo sabía. Después de todo, era uno de ellos.

"Hoy el mundo me recuerda que no estoy hecha para él"

Uno de esos días en los que tu mente juega al despiste y una vocecilla dentro de ella te da la corazonada de que no encajas en ninguna parte. ''Eres la pieza que sobra en este puzzle''. Una corazonada de que entre tantas personas no puede haber nada que me pertenezca, ni nadie que pueda comprenderme como yo desearía que lo hicieran. Pero no es culpa suya, yo tampoco me entiendo.Y a veces lo prefiero. La idea de soledad ya no me parece tan triste. El miedo a una muerte sin nadie que se preocupe ya no parece improbable. Pero es lo mejor. Todos morimos solos, queramos o no. Estar rodeados de gente es solo una metáfora, una forma de cohexistir como otra cualquiera. Ahora cuando camino por las calles, dejo de buscar una mirada de esperanza o una sonrisa de aprobación. Ahora me da igual quien se cruce en mi camino, quien me mire con desdén o quien me sonría con ganas. Las oportunidades se volvieron nulas desde el principio. Aunque yo siempre haya sido ese cero a la izquierda, que no importa pero siempre está de sobra.