martes, 16 de abril de 2013

5 sutiles filosofías de vida que nadie parece aconsejar

En una época como esta que nos ha tocado vivir, muchas personas se frotan las manos en hacer leña del árbol caído. Si hay una desgracia, a los pocos meses sacan una película con la cual recordarle a las víctimas lo mal que lo pasaron y de paso sacarse un dinero a costa de ellas. Por no hablar de los patéticos consultorios de revista cuyas redactoras probablemente cumplan el estereotipo de cincuentona de rulos en el pelo y uñas lacadas, a la cual le importa un mierda que a tu marido no se le levante o que a tu sartén recién estrenada le haya salido un agujero enorme quedando inutilizable. Así que yo, aquí, una señorita de dudosa moral, me propongo dar mis cinco sutiles versiones de advertencias, des-consejos o filosofías que nunca te dan pero deberían darte:

1:- De todo lo que oigas créete sólo la mitad.
Y este consejo vale para todo, y no sólo para las noticias en diferentes medios, sino también para las personas. Nada que no hayan visto tus ojos merece tu atención, preocupación o incluso inquietud.

2:- Tu cuerpo es tuyo y te lo follas cuando quieres.
Lo que quiero decir con esta frase tan polémica es que hagas con tu cuerpo lo que quieras, cuando quieras y como quieras. Que nadie te diga como peinarte el pelo, si tienes que maquillarte o no o si vestir de tal manera es un tanto inapropiado. Porque queridos, nadie va a vivir dentro de tu cuerpo tanto como tú mismo, así que haz de tu casa un lugar habitable siempre desde tu perspectiva.

3:- Ninguna relación personal funciona sin reciprocidad.
Es decir, que si das mucho y te dan muy poco, es una mierda y viceversa lo mismo. ¡Eso sí! Los problemas entre dos personas SIEMPRE son culpa de ambas, así que nadie puede tirar de la cuerda demasiado si no quiere llevar a su compañero al barro.

4:- No poner el parche antes de que salga la herida.
Si no está roto, no necesita arreglo. La ambición de "mejorar" cualquier cosa es un objetivo aceptable a menos que no sepas como hacerlo. Entonces, mantente lejos de los plastidecor. O deja de ver Art Attack, ambas cosas están bien.

5:- El arrepentimiento es el sentimiento más falso de todos.
Nadie se arrepiente por sí mismo. Todo arrepentimiento conlleva una presión social o moral, ergo, nunca nos arrepentimos por nuestra propia voluntad.


Y hasta aquí me despido. Feliz lectura.


lunes, 8 de abril de 2013

Ginebra, de reina infiel a reina de la botella



Uno de los temas salidos de las clases de literatura, que aunque parezca mentira a veces hablamos de otras cosas que no sean orgías/sexo/*inserte connotación sexual aquí*, ha sido la mujer como dos polos opuestos: la pura dama y el pecado carnal. Dado que la dama pura apenas me interesa y que todo tema relacionado con el infierno despierta mi curiosidad, he decidido buscar algo sobre una referencia a Ginebra (Genevieve) que apareció en un poema de John Keats.

Ginebra, a parte de ser una bebida alcohólica, significa Sombra/Hada blanca, en un contexto en el que las ninfas eran vistas como seres místicos y sexys. Así, tal cual. La chiquilla esta es conocida por las leyendas artúricas (como su nombre indica, del archi-conocido rey Arturo) y no precisamente por ser una "santa". Dejando a parte mi opinión sobre la inocencia de Ginebra, digamos que las cosas pasaron de semejante manera:

El rey Arturo quería una esposa con la que satisfacer sus huevos toreros y dado que el matrimonio esta visto como un contrato social y político, elije a la buena de Ginebra ( hija del rey Leogedrance, es decir, tenía pasta para limpiarse el culo con oro si le apetecía). Si bien, el hombre aquí comete el fallo de mandar a otro en la búsqueda de la dama (que ya te vale, Arturo, como si fuera a buscar choped al supermercado) y traérsela para esposarse como Dios manda. Lancelot, que es el privilegiado busca-esposa se trae a la jamona y ambos se enamoran en medio del bucólico trayecto por la campiña inglesa. Llegaron a Camelot y Ginebra tenía que cumplir cual gitana el día de su boda y casarse con Arturo, por lo que la señorita se volvió una attention whore de la corte. Lo que pasó fue, que se llevaba malamente con la hermanastra de Arturo, Morgana, porque siempre hay alguien en la familia del novio que te tiene que caer mal, eso es así. Morgana, que era más rencorosa que un abuelo en una panadería, le transmitió este... cómo decir... coraje, a sus hijos por los siglos de los siglos. ¿Que por qué tanto rencor? Fácil, Ginebra expulsa de la corte al amante de la hermanastra, y claro, no hay nada peor que una mujer despechada.

Pero volviendo al tema del affair amoroso entre Ginebra y Lancelot, éstos dos se amaron cosa mala hasta que la diñaron. ¿Y sabéis quién tiene la culpa? Los enemigos de Arturo, esos sucios bastardos, si es que ... bueno, que me desvío del tema. Los enemigos aprovechan esta situación para acusar de guarr... adulterio y conspiración a Ginebra y su chorbo, lo que acarrea una expulsión para Lancelot y una sentencia de muerte para la reina.  Lancelot, por supuesto, intenta salvarla cargándose a todos los Caballeros de la Mesa Redonda. Al final no muere, pero se mete a monja, lo cual supuso el fin de humedecer el churro para Lancelot. Incluso la nombran madre superiora. Tras la muerte de Arturo, Lancelot se deja caer por el convento para visitarla y acaba metiéndose a monje ermitaño.

Moralejas de esta historia: No mandes a tu mejor amigo a por la chica que te gusta. Tampoco la visites si se vuelve monja, podría comerte la cabeza y acabar semi-calvo, con sotana y en una puta cueva en la montaña.

Un placer compartir mis escrituras.