martes, 20 de noviembre de 2012
De la curiosidad nacen personas con alas
Vuelan en alguna estrella del cielo ámbar
cuando pasan las ideas y las alcanzan.
Avanzan tranquilas, meciendo el sueño
cada aleteo en el viento, les hace ligeros
flotan como una pluma en el pensamiento
si trata de llamar sinceros recuerdos.
Vuelo tranquilo en el cielo ámbar
descansan mis manos sobre mi almohada
y en mi regazo fingía el gato que dormitaba
Se fue de mi lecho, yo no lo esperaba:
una fría noche o de madrugada.
Ahora sueño despierto, sobre mi almohada
esperando a las horas, cuando me llaman.
Una mañana fría a mis alas amaba
la curiosidad tranquila al gato mataba.
Ya no supe quién o dónde me hallaba
pues ya no volaba en aquel cielo ámbar.
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