-No sé... te veo muy
fuerte. Tengo curiosidad sobre que haría una persona como tú con algo más
fuerte que ella.
-¿Qué piensas hacer
cuando me vaya? ¿Me enterrarás bajo una lápida de mármol que lleve mi
nombre?-¿Y qué si no?¿Prefieres que te incinere?
-No, dona mi cuerpo a la
ciencia.
-Jajajaja, ¿en serio?
-¿Qué? Es menos absurdo
que encerrar mi cuerpo en una caja de pino y condecorarlo con una piedra
matriculada. No quiero ser otro cadáver en el cementerio y no me gusta saber
que abono la tierra con una tumba marmórea. Además, esos rituales que hacemos a
los muertos...no los entiendo. Quiero decir, son ceremonias tan arcaicas y tan
prescindibles que no le veo apenas sentido de por qué celebramos una muerte con
un entierro en lugar de celebrar la vida con una fiesta.
-No creo que al muerto
le haga gracia un guateque en pleno entierro. Pero, ¿y qué si no?¿por qué
donarlo a la ciencia y no incinerarlo?
- Porque quiero pagar
todos mis pecados karmáticos con una buena acción y así mi muerte no sería un
simple trámite burocrático sino que tendría una función objetiva. ¿Quién sabe?
A lo mejor uno de mis órganos ayuda a curar a un descendiente tuyo y tú no
podrás agradecérmelo porque estarás demasiado ocupado desinfectando las flores
que te mandan aquellos a los que nunca importaste en vida.
-Ay, Marina, no quiero
saber qué haría yo sin ti si te fueras.
-¿Qué vas a hacer? Yo
te lo diré: cásate con una mujer sumisa y complaciente, justo lo contrario a lo
que yo soy. Ten los hijos con ella que conmigo no tendrás y si tienes una hija,
ponle mi nombre. Háblale de mí, inventa de mi vida una leyenda y explícale que
fui siempre a contracorriente, un genio incomprendido de mi tiempo, una bohemia
de las de antes. Dile que me quisiste, que yo a ti también te quise, que nos
quisimos al completo, salvo cuando discutíamos; sólo entonces nos queríamos una
media más de lo que ya lo hacíamos normalmente. Y recuérdale que nos pasábamos
las noches bajo el ocaso hablando de cosas tan banales como la muerte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario